TRES ASESINOS | KOTARO ISAKA

Reconozco que la novela negra que más disfruto no es de este siglo. Seguramente, la explicación tenga que ver con aquel cliché romántico del “no eres tú, soy yo”. Y un servidor con sus ya cincuenta tacos quizá tenga el gusto un poco rancio.      Pero por supuesto hay excepciones.      Como el noir japonés  Tres asesinos de Kotaro Isaka . Tres asesinos, de Kotaro Isaka

LA HERENCIA MALDITA DE POE | Historia de la novela negra y policíaca


El talento y la búsqueda de nuevos lectores que paliaran su delicada situación económica hicieron que Edgar Allan Poe se fijara en la aceptación popular de las crónicas de sucesos criminales.

   Y así, inspirándose en un espectáculo protagonizado por monos y del horror que provocó en el público, escribió el relato Los crímenes de la calle Morgue. Con él, inventó un nuevo género: el relato policial. Sin embargo, su temprana muerte limitó las investigaciones de Auguste Dupin, el primer detective, a solo tres relatos.

    Poe dejó en su herencia un nuevo género literario ¿quién se atrevería a continuar su legado?

    tinta negra nº 5: la herencia maldita de poe

LA HERENCIA ENVENENADA

Poe legó un género nuevo: el relato policíaco. Una fórmula que se centraba exclusivamente en el enigma o el problema misterioso, el juego de pistas y el razonamiento deductivo del señor Dupin alejado de sentimentalismo. Todo ello, además, ajustado a la extensión e inmediatez de un relato.
    Una herencia jugosa, pero también envenenada dado que se oponía frontalmente al estándar literario de la época.
    A mediados del s. XIX, las grandes editoriales pensaban que el único formato que daba beneficios eran las ediciones de libros contundentes divididos en tres volúmenes. Ello supuso que los escritores que quisieran ser publicados debían amoldar sus historias a ese formato. Así, los bestsellers de la época eran novelas como Grandes Esperanzas, Crimen y Castigo, Guerra y Paz, El Conde de Montecristo o Los Miserables.
    Más allá de la extensión, los lectores demandaban historias con una gran carga emocional y sentimental, personajes que les compartieran sus amores y desamores, sus alegrías y sus penas, sus triunfos y sus derrotas. En definitiva, protagonistas que el lector sintiera cercanos, como un amigo que lo acompañara durante el tiempo de lectura.
    Y lo más importante: que las historias reflejaran la eterna lucha del bien y el mal en la que un “odioso” malvado hiciera la vida imposible al protagonista.
    Este tipo de narración, cualitativa y cuantitativamente, era lo contrario al legado policíaco de Poe. ¿Cómo aplicar las reglas del nuevo género a la extensión de una novela?
    El primero que lo lograra sería nada menos que el heredero de Poe.
    Pero en los siguientes veinte años nadie recogería ese legado.

LOS CASEBOOKS

Que nadie se atreviera a escribir una novela policíaca al estilo Poe no significaba que no hubiera interés por el mundo criminal. Todo lo contrario. Como vimos en Londres, primera sangre los relatos sobre criminales causaban furor entre los lectores tanto de la Gran Bretaña como en Estados Unidos. Un interés acrecentado por la formación de las primeras fuerzas del orden.
    En Inglaterra se creó el Cuerpo de Detectives de la Policía Local de Londres en 1842 y la eficacia con la que resolvían los casos enseguida le dotó de un gran prestigio e interés por su trabajo. Uno de sus seguidores más incondicionales fue nada más y nada menos que Charles Dickens, quien relataba sus gestas en la revista Household Words y, posteriormente, en la All the Year Round. Al otro lado del Atlántico, en 1850 Allan Pinkerton fundó la primera agencia de detectives privados y con ello, añadió un nuevo icono de héroe que pudiera competir con las historias protagonizadas por los vaqueros del Far West.
La actual Policía cuenta con individuos tan bien seleccionados y entrenados, procede con tanto método y tanta prudencia, desempeña su tarea con tanta profesionalidad y cumple con tanta discreción su compromiso de servicio público que los ciudadanos en realidad no la conocen lo suficiente para apreciar siquiera una décima parte de su valía. Animados por esta convicción e interesados por los propios individuos, comunicamos a las autoridades de Scotland Yard nuestro deseo, si no había objeciones de carácter oficial, de conversar con algunos detectives.
Charles Dickens, La brigada de detectives del cuerpo de policía (1850) 
    Ese interés por el crimen real se plasmó en los llamados Casebooks, unos libros en formato barato donde policías, abogados, médicos, juristas o incluso escritores haciéndose pasar por alguno de los anteriores relataban los pormenores de un caso criminal real o de una investigación presuntamente real. Este fue el caso de William Russell que publicó, en el Chamber’s Edinburgh Jornal, historias bajo la promesa de ser “informes en primera persona de un detective londinense”, que años más tarde se recopilarían en un libro. Para mayor credibilidad, este autor firmaba los relatos como Thomas Waters, inspector de policía.
   Las librerías y los quioscos de las estaciones de tren enseguida se llenaron de publicaciones baratas que utilizaban el gancho infalible de “historias basadas en fuentes policiales”. Este tipo de publicaciones no pueden ser consideradas como relatos, sino más bien como crónicas de sucesos. No había ninguna trama, solo era un presunto o real detective explicando en modo documental cómo resolvió el caso “real”.


    En estos años, el mundo editorial empezaba a cambiar. Los costes de impresión se abarataron y la alfabetización se abría paso en las clases más humildes ansiosas de entretenimiento e información. Ello permitió el auge de periódicos, revistas y con ellos aparecería un nuevo formato de publicación de novelas: El folletín.

EL FOLLETÍN Y LAS NOVELAS DE AVENTURAS DETECTIVESCAS

Hace unos años, los periódicos y revistas regalaban sartenes, televisores, calefactores o cualquier otra ocurrencia para vender. Hoy, ni con esas logran que alguien los compre, bien por culpa de internet, bien por su renuncia a un periodismo de calidad.
    En el s. XIX lo que ofrecían en sus suplementos eran los folletines. Historias que se iban escribiendo y publicando capítulo a capítulo, en muchas ocasiones sin que el propio escritor tuviera muy claro cómo continuarla. Eso dio muchas novelas descabezadas, pero también obras maestras. Para estas, la crítica especializada y la intelectualidad tenía reservado el término de novela por entregas.
    Esta forma de publicación ofrecía historias de alto componente emocional y eran lo más para ocupar el tiempo de ocio. El lector se identificaba con el protagonista, sufría con él, odiaba al malvado de turno y, además, veía cómo cada entrega terminaba en lo más alto, en lo que hoy conocemos como Cliffhanger o el continuará de toda la vida. ¡Toda una semana de espera para conocer cómo sigue la historia!
    Si lo pensamos un poco, este formato, aun alejado de lo que pretendía Poe, le sentaba como un guante a la literatura criminal.
    Sin embargo, los primeros intentos se decantaron por la simple lucha entre buenos y malos. Lo que dio origen a la creación de la novela de aventuras policíacas, que se diferencia de la novela de detectives clásica como si comparamos un episodio de Corrupción en Miami con otro de CSI. En la primera vemos las andanzas de los policías luchando contra los malos; en la segunda, la investigación de un misterio y un criminal por descubrir.
    En esta ficción criminal destacarían dos personajes cuyas batallas contra el mal se hicieron muy populares entrega a entrega.

ROCAMBOLE

Fijaos si este personaje se hizo famoso que dio origen al adjetivo rocambolesco, que según la RAE significa: Dicho de una circunstancia o de un hecho, generalmente en serie con otros: Extraordinario, exagerado o inverosímil.
    Pues así eran las aventuras de Rocambole, escritas por Ponson de Terrail. El personaje nació como un malvado; luego murió para resucitar en forma de un apuesto y reconvertido luchador contra la injusticia con todo tipo de habilidades como, por ejemplo, un exquisito talento para el disfraz. Rocambolesco, ¿verdad?
    

JEAN DIABLE

«La creación más interesante de Féval es sin duda la del londinense Gregory Temple, "primer detective del mundo", autor del Arte de descubrir a los culpables, que ya lidera la investigación cubriendo con sus "cálculos deductivistas" una pizarra grande.»
Jean Pierre Galván
Paul Féval (1816-1887) nació en la Bretaña francesa y la literatura logró arrancarlo de sus estudios de Derecho. Este escritor, en su época, sin duda debió ser un superventas. Aprovechó el recurso del continuará para desarrollar sus historias de aventuras y de terror gótico. Además, fue un maestro a la hora de crear héroes. ¡Casi diría superhéroes! Fue también de los primeros en hacer que el héroe utilizara un disfraz para impartir justicia, como su personaje de El Lobo blanco. Personajes valientes, justos y con una especial habilidad para la lucha, en concreto espadachines.
    Su producción literaria estaba a la altura de sus ventas y popularidad, lo que dejó dudas acerca de si muchas de ellas fueran escritas por negros literarios. Lo que si sabemos es que uno de sus discípulos fue Émile Gaboriau, de quien hablaremos en el próximo capítulo.
    Su aportación a la novela de detectives se produjo a partir del uno de agosto de 1862, cuando apareció la primera entrega de Jean Diable, en el periódico Le Siècle. La última apareció el 20 de noviembre del mismo año, siendo recopilada en un libro en 1863. No he podido dar con una edición en castellano. De hecho, no fue traducida al inglés hasta ¡2004! Y es que Paul Féval es un ejemplo de autor olvidado en el tiempo, algo muy usual en este género.
    Parece que la historia se sitúa en 1816 y nos presenta a Gregory Temple, un detective de Scotland Yard (un anacronismo dado que este cuerpo policial no se creó hasta 1829) que debe investigar un asesinato en el que está implicado un tal Jean Diable, pseudónimo que utiliza un delincuente llamado Tom Brown. La cosa se complica dado que este personaje tiene un hermano al que se parece como dos gotas de agua, el conde Henri de Belcamp. La duda acerca de quién de los dos es el culpable se mantendrá durante las sucesivas entregas.


    La trama se estructura con un asesinato y la presencia del detective que llevará una investigación más o menos metódica. Eso la sitúa dentro del género, pero la tendencia del autor por el folletín le lleva a giros enrevesados y lo que es peor, a ocultar pistas al lector. Una de ellas, ¡atención spoiler!, que el propio detective Gregory Temple es el padre de Tom Brown. Siglo y medio después, George Lucas demostró la fuerza de este giro cuando Darth Vader reconoció su paternidad a Luke Skywalker.
    El éxito de esta novela fue tal, que Féval inició en 1863 una saga, Los hábitos negros, donde reuniría un buen número de historias con crimen de fondo. La publicó durante doce años, hasta que este autor vio la Luz. No es que se muriera, sino que se convirtió al catolicismo y parece que ello era incompatible con esa clase de historias.
    En Francia, chauvinismo mediante, intentan recuperar al autor y su novela erigiendo a Jean Diable como la primera novela de detectives. Al menos, cronológicamente, hay que reconocer que fue anterior a las novelas que los expertos, de momento, consideran como las novelas policíacas fundacionales y de las que hablaremos en la siguiente entrega.


Como hemos visto, durante veinte años nadie aceptó la herencia de Poe. Sin embargo, el 30 de junio de 1860 se produciría uno de los crímenes más atroces de la historia
    Un hecho espeluznante que conmovió a la sociedad inglesa y que algunos lo señalan como el primer crimen mediático. Un asesinato que marcaría el camino a seguir para quien quisiera ser el primero en escribir una novela policíaca.
       Me refiero al crimen de... Bueno, ¿qué os parece si lo dejamos para el próximo capítulo de Tinta Negra: Historia del género negrocriminal?

Hasta entonces recordad...

Sed muy felices y moderadamente malvados

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DAVID RUBIO

Aunque no sea lo mismo que compartir una buena charla acompañada de un café bien negro, te propongo quedar en otros espacios virtuales donde también suelo perpetrar publicaciones. Clica sobre los siguientes iconos o envíame un mail a balasyestrellas@gmail.com.

Comentarios

  1. Hola, David:
    Muy ameno y a la par didáctico tu texto.
    Creo que ciertos mercados editoriales como el español mantienen esa dinámica industrial que triunfaba a mediados del siglo XIX: publicar novelas muy extensas protagonizadas por personajes cercanos y escritas por autores mundanos (presentadores televisivos, exministros, periodistas estajanovistas….) En España son pocos los autores que han logrado asentarse escribiendo Ficción pura (la mayoría la amorcillan dentro de un contexto histórico, como el señor Pérez Reverte o la señora Pilar Urbano). Los lectores españoles demandamos realismo en la ficción y grosor en su edición. Quizá dado que el dinero con el que compramos los libros es algo real, esperamos recibir algo que realmente amortice nuestra inversión. ¡Que se vea, aunque no se lea!
    Por eso me temo que la influencia de Poe entre nosotros como lectores es ligera: la novela breve no cuenta con apreciación –a diferencia del mercado anglosajón– y es adjetivada como “cuento”, sustantivo que remite a lo infantil y llevado a la realidad adulta nos habla de mentiras o lamentos. “¡A mí no me vengas con cuentos, venme con libros!”, braman los editores a su novelistas nóveles.
    Disculpa el que haya convertido mi comentario sobre tu texto estimulante en una queja rocinante.
    Un abrazo, David.

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    1. Gracias, Nino. Nada que disculpar y sí que agradecer por tu comentario que, además, comparto. A la lista de "autores mundanos" podríamos añadir, YouTubers o influencers... en realidad, más que novelas, las grandes editoriales venden marcas reconocidas por cierto público para que compren el producto. También añadiría en segundo plano, el amiguismo dentro del mundo editorial. Cuando lees la biografía de autores menos conocidos, pero cuyas novelas se ven mucho en los medios o en la red, casi todos están ligados al periodismo, al márquetin digital o cosas parecidas.
      No voy a nombrar la novela ni al autor, pero no hace mucho leí una novela negra que parece ser de las más vendidas y que es la tercera entrega de una trilogía. Te prometo que es de las pocas veces que he sentido vergüenza ajena. Protagonista intrascendente e insoportable, diálogos propios de cualquier adolescente de la ESO, bienquedismo políticamente correcto metido de cualquier forma... Te prometo que aluciné, de lo peor que he leído en mi vida, ¿cómo es posible que eso haya tenido éxito?
      Un misterio para mí. Por otro lado, coincido con eso de que parece que los libros se compran a peso, como si fuera más importante el precio por hoja que lo contenido en ellas. Así que, además de contar con cierta fama, el escritor que quiera publicar debe amoldarse a las exigencias editoriales de páginas, formato o temática.
      En fin, al menos, seguimos contando con los mercados de libros de ocasión para poder encontrar algo que merezca la pena.
      Un abrazo!

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  2. Me encanta esta historia de la novela policial. Quedo esperando la siguiente entrega para saber cuál es ese crimen de 1860.
    Pero en esta entrega algo se me escapa. Si las aventuras de Jean Diable se publicaron por entregas entre agosto y noviembre de 1862, no es anterior a los que salen en la lista que incluyes a continuación por lo que no entiendo esa frase: «Al menos, cronológicamente, hay que reconocer que fue anterior...». Culpa mía seguramente.
    Un beso.

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    1. Gracias, Rosa. Te agradezco muchísimo que me hayas comentado esa duda que te ha surgido al leer la entrada. Ahora que lo dices, ciertamente debería haber especificado un poquito más a qué me refería con esa imagen.
      Bueno, te lo aclaro. Cuando comento que Jean Diable es anterior, me refiero a anterior a las novelas policíacas que la ortodoxia de entendidos cataloga como fundacionales. Pero que no hubiera una novela policíaca anterior a los sesenta, no quiere decir que fueran apareciendo personajes de detectives a partir de Dupin, pero lo hicieron en formato relato, como el detective que menciono de Wilkie Collins, o los casebooks, crónicas de sucesos, o como un personaje más del elenco de novelas que no eran policíacas en sentido estricto, como la de Dickens.
      Espero haber aprovechado tu comentario para aclararlo.
      Y de nuevo gracias. Un abrazo!!

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    2. Muchas gracias por la aclaración, David. Más besos.

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    3. Al contrario, gracias a ti por permitirme aclarar ese punto que quizá no dejé claro. Un beso!

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  3. El tema del desarrollo detectivesco me ha comenzado a interesar en los ultimos años y tambien llegue a Poe, luego encontre unos patron cuando ya saltandome varias decadas llegue a Agatha Christie que tiene 2 personajes remarcables Poirot y Miss Marple.... me interese mas en Miss Marple, que es menos conocida, pero que cambia a la escena femenina el rol de detective.

    Ojala te animes a darnos una reseña de Miss Marple, que es la que confirma el patron que digo:

    INGLATERRA

    Despues de la WWII es Un pais organizado de gente eduecada y muy civilizada.....que viven en unos pasajes campestres tranquilos.... y sin embargo se cometen unos crimenes ingeniosos en donde el criminal debe mantener cierta discresion para mantener su imagen de persona respetable.

    Mas o menos en esas ideas tambien se entiende a los padres detectives del siglo XIX e inicios del XX:

    El asesino es alguien que debe mantener la educacion y buenas costumbres ante la sociedad

    volviendo a miss marple, no la he leido, apenas vi una serie de television..... me parecio entretenida pero algo compleja ....

    se dice que Miss Marple y Poirot NUNCA interacturaon, la autora le tenia como tabu a ponerlos juntos.

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    1. Gracias, Jose. Por supuesto, ya llegaremos a la reina Agatha Christie y sus Poirot y Ms. Marple, aunque todavía queda un poquito de historia por contar. No obstante, respecto a la figura de la detective femenina estoy preparando documentación para dedicarle un artículo en esta sección. Sí te puedo avanzar que Miss Marple no es ni por asomo la primera detective de la historia, hay muchos ejemplos anteriores tanto o más revolucionarios. Un abrazo.

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  4. Hola David, tu blog me parece muy interesante. Hace tiempo que ando buscando un lugar con información sobre este género. Lo voy a recomendar y desde ya "te sigo". Saludo afectuoso!!
    Pat

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    1. Gracias, Patricia. Te agradezco mucho tus palabras y la difusión, ojalá los próximos contenidos te resulten igual de interesantes. Saludos!

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  5. Hola, David.
    De nuevo nos sorprendes (o quizá la sorpresa no es tal porque ya sabemos de tu calidad) con un pormenorizado estudio sobre los orígenes de la novela negra.
    Me ha llamado la atención esos casebooks que son el germen de lo que ahora en TV se llama true crime, docudramas donde aparecen los investigadores y familiares o gente relacionada con un caso de asesinato. Curioso.
    El morbo de esos hechos luctuosos siempre está ahí y, en cierta manera, hacen evadir al lector de sus propias miserias; me estoy refiriendo a los consumidores de ese tipo de literatura en el siglo XIX donde las condiciones eran las que eran, aunque, eso también puede valer para algunos del siglo XXI, ja, ja, ja.
    Gracias por esta joya de artículo.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Gracias, Paloma. El True Crime siempre ha interesado mucho, basta con ver la repercusión de cualquier noticia de sucesos que aparece. Es un género que puede tratarse de muchas formas. La seria, la morbosa y sensacionalista o incluso con ciertos toques de humor negro.
      La razón de su interés creo que es la misma que para los cuentos con moraleja, nos advierten del peligro de la realidad y nos preparan para afrontarlos o tomar medidas. De hecho, en una entrega anterior de esta serie, hablé del calendario de Newgate que era un recopilatorio de biografías sensacionalistas de condenados a muerte que los padres leían a los niños antes de dormir. Un abrazo!

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  6. Genial, David. Un recorrido por la historia de la novela negra apasionante y muy didáctico. Fíjate que no sabía de Rocambole como personaje, me ha parecido muy curiosa la evolución del término. Tampoco conocía a Paul Feval y su Jean Diable, qué lástima perder la huella de tantos autores tan rápidamente, ¿verdad? Me has dejado también con la intriga de ese crimen tan mediático que anuncias en un cliffhanger de libro, jeje. A ver si en la próxima entrega se desvela el misterio...

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    1. Gracias, Marta. Pues sí que es una pena, con tantas joyas como se han escrito y muchas de ellas libres de derechos, parece mentira que las editoriales no se lancen a por ellas. Como el caso de Rocambole o Jean Diable, obras que si yo las viera en una edición pulp en una librería iría a por ellas de cabeza.
      Me encanta que haber creado ese Cliffhanger, ja, ja, ja... Estoy ahora con ello, intentando dar con la forma de contarlo. Un abrazo!

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  7. Es totalmente necesario saber de dónde venimos para saber hacia donde vamos. Hoy en día se escribe novela y relatos negros como churros pero a veces da la impresión de que algún autor no cuenta con la perspectiva histórica. Por eso pienso que estos artículos divulgativos son de mucho peso. En otro orden de cosas no sabía lo de Rocambole y ya nos da una idea de las tramas en las que se sumergía je, je. Encantado con la lectura, David.
    Un abrazo.

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    1. Gracias, Miguel. La verdad es que el término de Novela Negra hoy es tan difuso que diría que es más una etiqueta guay para incluir en él cualquier trama de misterio o con un crimen de por medio. Eso es ya un hecho casi evolutivo y ya sabemos que no se puede ir contra eso.
      Desde luego que sería fantástico que alguna editorial se animara con ese Rocambole, ja, ja, ja... Si llegó a generar una palabra tan conocida seguro que fue por algo. Un abrazo!

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  8. ¡Estupenda entrada, David! La novela negra siempre me ha llamado la atención y este articuló sobre su historia me ha parecido muy interesante.
    Sobre los folletines de novelas que entregaban con los periódicos, tengo algunas recopiladas y encuadernadas en casa, a mi abuelo le gustaban mucho y las coleccionaba.
    Como siempre un placer leerte.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Gracias, Lebasi. ¡Ostras! Pues te aseguro que cuentas con un verdadero tesoro con esas novelas en su edición original y además encuadernadas. Lamentablemente, la prensa de hoy parece reservar la ficción para sus noticias. Un abrazo!

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  9. ¡Hola, David!
    Sorprende toda esta información que nos compartes y con ella nos vamos haciendo una idea de cómo fueron cambiando las cosas a nivel de novelas sobre crímenes y detectives. Interesante este material y esos autores que pusieron su impronta en este género negro.
    Lo cierto es que el crimen siempre crea morbo y miedo, así sea en literatura y de esos miedos y del morbo el ser humano sabe alimentar muy bien la imaginación. Así que como bien sabedor de esto, nos dejas este final que nos mantendrá intrigados, a la espera de saber...
    Como siempre un excelente artículo el que nos regalas.
    Grata semana y un fuerte abrazo.

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    1. Gracias, Idalia. En el fondo, las noticias de sucesos y crímenes cumplen la misma función con las clásicos cuentos con moraleja. Si haces esto te pasará aquello, si eres desconfiado puedes acabar debajo de un puente, no es bueno ir solo por la noche por determinadas calles... Su atractivo, a parte del morbo, pienso que es ese: mostrarnos unas situaciones en las que tenemos que andarnos con pies de plomo si no queremos que nos pase como a las víctimas. Un abrazo!!

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  10. Todo en este mundo evoluciona, para bien y para mal. Desde el primer coche a motor hasta los vehículos actuales, mucho más potentes y cómodos, ha habido de por medio muchos cambios que se han basado en las mejoreas tecnológicas y en las demandas de los compradores, que los fabricantes han tenido que satisfacer. En el mundo editorial supongo que sucedió algo parecido. Las editoriales de la época no se arriesgaban a publicar según qué género literario sin tener una garantía de éxito. Solo cuando se puso de moda, o la costumbre de escribir relatos o novelas policíacas fue ganando terreno, aquellas tuvieron que rendirse a la evidencia. Alla Poe fue, en este sentido, un pionero, y es de agradecer su empeño, que imprimió un estilo que, con la lógica evolución a lo largo de los años, ha llegado hasta nuestros día de la mano de grandes escritores gracias a su legado.
    Me ha gustado mucho este repaso histórico que nos has presentado y seguiré atento a su continuación.
    Un abrazo.

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    1. Gracias, Josep. Así ha sido, es y será. Las editoriales son muy conservadoras. Bien es cierto que tampoco hay tanto lector comprador de libros como para fallar el tiro. Así que cuando algo tiene éxito agotan la fórmula hasta que otro éxito inesperado les hace virar su política de publicación. El problema es que en la decisión de publicar se tienen más en cuenta factores como la demografía del lector comprador, la fama del autor o su repercusión en las redes, los géneros que se vendieron más el año anterior, el formato y extensión de los libros, etc. Y, solo al final, la calidad de la novela.
      Esto me parece que será así per secula seculorum, bueno, en realidad en los siguientes treinta años o así que me parece que le queda al negocio. Un abrazo!!

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  11. Yo , como Nimo, tampoco entiendo lo de que algo para ser bueno, tiene que ser largo. Antes, cuando empezaba a leer o a ver slgo, lo terminaba sí o sí. Con lo cual , si la novela era mala... Afortunadamente he abandonado ese vicio. Precisamente ahora que todo tiene a corto y rápido eso no.
    Tampoco entiendo lo del true crimen, slo por el morbo, sin importar si la historia es buena y está bien contada. yo creo que " basado en hechos reales" debería ser un demérito en vez de un mérito. " el caso" a nivel periodístico estaba bien, pero transportarlo a lo literario.
    Coincido en lo de que cualquiera puede escribir una novela, y si es periodista mucho mejor. " ¿Porque no escribes un libro?" o peor aun: " con eso qué te ha pasado, podías escribir un libro".
    Otra cosa son unas memorias.
    En fin que me he ido por las ramas dando saltos de mata.
    Abrazooo

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    1. Gracias, Gabiliante. Ostras cuantos temas! Bueno, respecto a la extensión de una historia quizá lo más importante es cómo se adapta una historia a esa extensión. Hay historias o enfoques de la misma que si los acotas a un relato te queda como un telegrama; otras, si las alargas a las trescientas páginas te puede dar un tostón de narices. El problema es que las editoriales también exigen una extensión determinada, para este género entre 250 y 300 páginas. Ni más ni menos y eso obliga al escritor a adaptarse al formato.
      Respecto al true crime, en realidad son cosas distintas. Una novela basada en hechos reales es eso, una ficción alegre que busca en la repercusión de la noticia el reclamo comercial. El true crime es distinto, ahí se juega más con el modo ensayo o periodístico para profundizar en la realidad y múltiples capas que se esconde detrás de un crimen.
      Lo del periodismo, bueno, si hoy día hubiera periodistas de verdad... Lo más que hay son rostros famosetes que la editorial contrata para publicar novelas que sus fans compren.
      Puff, y ahora la última. Es curioso que cuando alguien se entera de que uno escribe ficción lo primero sea decirle que ahí tienes una historia, como si eso fuera tan fácil. En mi precaria experiencia, solo me inspiran historias que además de llamativas me generen una resonancia interior, algo que encaje en mis cosas. Si eso no sucede no me interesa. Un abrazo!

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  12. Hola David me ha parecido un articulo muy interesante. Y como buen escritor nos has dejado con la miel en los labios hasta la próxima. Me encanta leer artículos, historias, que me enseñen y tu siempre lo consigues. Enhorabuena. Un abrazo.

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    1. Gracias, Ainhoa. Caramba, la expectación de ese anuncio final me está empezando a crear miedo escénico a la hora de escribirlo, ja, ja, ja... Un abrazo!

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  13. Hola David, un genial artículo, como siempre. No he leído mucho de Poe, algún cuento, pero es único, no por ello es tan aclamado y famoso. Felicidades por tu investigación.
    Un abrazo. :)

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    1. Gracias, Merche. Bueno, tampoco te creas que he investigado tanto, ja, ja, ja... Desde luego que Poe fue único, un adelantado a su tiempo. Un abrazo

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  14. Eso no se hace, David, primero me chafas uno de los que creía giros más buenos del cine, y luego nos dejas colgados por ese misterioso asesinato. Bueno, como folletín de periódico, no nos queda más que esperar.
    Ya nos dijiste lo de Poe, que fue el primero en escribir un relato detectivesco, o negro, pero me sigue sorprendiendo, y que se tardara tanto en pillar e legado. Síntoma de que la novles negra no tuvo un buen inicio, aunque, el crimen es algo que pica en las curiosidades de la gente, tiene morbo y la incognita por adivinar o saber quién ha sido aún más, y si a eso le sumamos el clifhanger el.cóctel es irresistible.
    Genial entrada, David, dentro de pocos todos vanos a ser muy malvados, jejej.
    Un abrazo

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    1. Gracias, Pepe. Es que no hay nada nuevo bajo el sol, ja, ja, ja... Algún día, sacaré un seis grados de separación entre Darth Vader y otro personaje de novela negra y allí hablaré de a quién se le ocurrió ese giro en Star Wars. Como avance, fue una guionista muy cercana al folletín romántico.
      Fueron dos los problemas para continuar ese género. Por un lado, Poe lo ideó para el formato relato; por el otro, las editoriales pedían tochos. Alargar algo tan concreto y preciso como la fórmula propuesta por Poe no era sencillo. Hoy ya sabemos cómo la continuaron autores como Conan Doyle o Agatha Christie, pero como se suele decir a toro pasado todos somos muy listos.
      Bueno, muy pronto veremos las primeras novelas detectivescas y qué autores lograron dar con la tecla. Un abrazo!

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  15. Lo tuyo también va por entregas, dejándonos el gusanillo... :)
    ¿Sabes que podrías finalmente hacer un libro con todos los capítulos de esta historia de la literatura criminal? Son super, super amenos. Se aprende y se disfruta.
    Un fuerte abrazo!

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    1. Gracias, Maite. Lo he pensado en un futuro, pero todavía no tengo el recorrido y los conocimientos sobre el tema para ello. Respeto mucho al lector que paga por un libro y creo que me queda mucho para corresponderle. Pero todo se andará, de hecho, uno de mis proyectos húmedos es una revista en formato ebook y papel, en Amazon, al estilo de los pulps de la época. En fin, a ver si me da. Un abrazo!

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  16. ¡Wow! Felicidades, David. Has conseguido mantenerme en vilo y al final..., pues tendré que esperar el siguiente capítulo. Lo que he aprendido contigo sobre detectives y en línea temporal apenas abarca veinte años. (1841-60) Muy ingenioso eso de tirar del hilo de Allan Poe con Auguste Dupin en "Los crímenes de la casa Morgue". Aunque es la única que he leído, tomo nota de los cinco detectives porque me interesa leerlos. ¡Cómo me engorda la lista de libros y se adelgaza la del tiempo! La herencia envenenada de Poe, el maestro es el maestro. Si el libro me está haciendo guiños desde la estantería... Así que lo de George Lucas: "Luke, yo soy tu padre". , lo que siempre me ha parecido una genialidad, ya lo había dicho otro antes. Muy curioso también lo de "los negros literarios" ya en esos tiempos.
    ¡Un fuerte abrazo!

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    1. Gracias, María Pilar. La verdad es que la historia de este género, todavía policíaco en exclusiva, es tan apasionante como cualquiera de las novelas que nos ha ofrecido. A ver si consigo terminar de escribir las siguientes entregas pronto para no mantenerte más en vilo, ja, ja, ja...
      La verdad es que en ficción creo que ya está inventado en lo referente a giros sorpresivos. Con todo lo que se ha escrito es imposible que a alguien, y menos a una IA, se le ocurra algo 100% original. Ese giro en concreto, no se le ocurrió precisamente a George Lucas, sino a... bueno, me lo callo en espera de mejor ocasión. Un abrazo!!

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  17. Hola David. Veo que has aprendido de las entregas por capítulos y nos dejas con el alma en vilo esperando la siguiente. Resulta curioso como tantos buenos escritores caen en el olvido con el paso del tiempo y solo algunos, unas veces los mejores y otras seguramente los más mediáticos, perduran. Seguro que escondidos en el pasado encontramos autores dignos de leerse. Siempre es interesante bucear en los orígenes de un género, en este caso el policial o detectivesco. Gracias por la información. Un abrazo.

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  18. He disfrutado mucho con este artículo y además he aprendido pues he de confesar que desconocía mucho de lo que se habla en él... Así que doble disfrute. Muchas gracias y abrazo grande, David

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