TRES ASESINOS | KOTARO ISAKA

Reconozco que la novela negra que más disfruto no es de este siglo. Seguramente, la explicación tenga que ver con aquel cliché romántico del “no eres tú, soy yo”. Y un servidor con sus ya cincuenta tacos quizá tenga el gusto un poco rancio.      Pero por supuesto hay excepciones.      Como el noir japonés  Tres asesinos de Kotaro Isaka . Tres asesinos, de Kotaro Isaka

¿QUÉ ES LA ESCENA DEL CRIMEN?

Investigación policial en Balas y Estrellas, blog de novela negra

El crimen supone el punto final del relato de hechos que se inició en la cabeza del delincuente y terminó con la comisión del delito. Pero tras ese final, comienza una nueva novela, la investigación policial, y esta siempre cuenta con un primer capítulo: la Escena del crimen.
    Cuando escuchamos dicha expresión, la primera imagen que nos viene es la de un cuerpo tendido sobre un charco de sangre, enmarcado en una silueta de tiza y rodeado del desorden provocado durante su asesinato. Siendo ello correcto, no es del todo exacto puesto que la Escena del crimen abarca más que la del lugar donde se descubre un cadáver.
    No hace falta que os pongáis el EPI... todavía.

LA ESCENA DEL CRIMEN


¿QUÉ ES LA ESCENA DEL CRIMEN?

Aunque muchas veces sea así, no es solo el lugar concreto en el que se encuentra un cadáver con signos de muerte no natural. La Escena del crimen, con mayúscula, es todo el conjunto de lugares donde se ha desarrollado la actividad criminal, que puede haberse completado —consumando el delito— o bien puede haber quedado interrumpida, lo que se conoce como delito en grado de tentativa.
No toda escena del crimen conlleva necesariamente un asesinato, dado que crimen es cualquier hecho que la ley califique como delito, como pueden ser las agresiones sexuales, los robos o los daños en el patrimonio. Pero como sé que una novela negra que se precie tiene que contar con al menos un cadáver, vamos a convenir en que a partir de ahora estaremos refiriéndonos a la escena de un asesinato.

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La Escena del crimen comienza el proceso de investigación criminal y, sin duda, su estudio y análisis no solo es esencial para poder identificar al delincuente, sino algo más importante: probar su autoría y conseguir su condena en el correspondiente juicio.
Y es que…

Todo asesino se deja algo, todo asesino se lleva algo

Con este título no me refiero a que el asesino se lleva la vida y se deja el cuerpo de su víctima, que también, sino a lo que se conoce como la Ley de la Transferencia de Edmund Locard. Para saber en qué consiste, nada mejor que citar la definición que dio el propio autor en su Manual de Técnica policial (1923)
Nadie puede cometer un crimen con la intensidad que esa acción requiere sin dejar los numerosos signos de su presencia; el delincuente, por una parte, dejará indicios de su actividad en la escena del crimen, y por otra, inversamente, se llevará en su cuerpo o en su ropa los indicios de dónde ha estado o de lo que ha hecho.
En realidad, esto ya nos lo mostró Sherlock Holmes un par de décadas antes, pero hasta Locard ningún estudioso del crimen había profundizado en ello más allá de la práctica del caso concreto. 
    Ese principio de transferencia es la base que justifica la necesidad de una inspección minuciosa, ordenada y, sobre todo, limpia de la escena porque, además, la policía solo cuenta con una sola oportunidad para ello antes de que el tiempo o la intervención de personas ajenas a los hechos la degrade o contamine.
    Si os habéis fijado, en la definición he resaltado “con la intensidad que esa acción requiere”. Vale, hay asesinos muy fríos y organizados, pero por muy fríos y organizados que sean el hecho de irrumpir en una casa o asaltar a una persona en la calle es algo que no se realiza sin inmutarse. Hay forcejeos y resistencia de la víctima, hay tensión en el criminal, pueden aparecer elementos sorpresivos... Además, durante todo ello el agresor habrá tocado, salivado, sudado, pisado y quizá hasta sangrado. Creedme, aunque nuestro querido Señor López diga lo contrario en su sección True Crime: asesinar sin dejar un mínimo rastro es realmente difícil.

Y no me refiero solo al rastro físico.

La transferencia psicológica

Locard, cuando definió su principio, tenía en mente los indicios y rastros físicos como huellas dactilares o de pisadas, pelos, sangre, fibras, etc… Todavía estaba lejos el estudio de la mente criminal que culminaría en la figura de los perfiladores que tan de moda están en las actuales series de televisión.
    Y es que fijaos, aunque el criminal haya sido tan extremadamente precavido como para no dejar físicamente nada en la escena del crimen se ha dejado, precisamente, su precaución y su comportamiento planificado. Esto es un rastro que no se puede tocar ni medir, es psicológico, pero también es básico porque le da al investigador una valiosa pista sobre el carácter del criminal. En ese caso, por ejemplo, el investigador concluirá que es un planificador y por tanto toman relevancia cuestiones como la hora del asesinato o la manera en la que entró en la vivienda. ¿Por qué era importante esa hora y no otra? ¿Había seguido a la víctima con anterioridad? ¿Quizá la conocía? ¿Por qué en su casa y no en la calle?
    El asesino no solo deja esos rastros psicológicos, también se los lleva. ¿Qué efectos psicológicos podemos esperar en un criminal por su comportamiento en el lugar del crimen? Si la escena se muestra cruenta y caótica podemos predecir que el asesino arrastrará a su vida cotidiana la tensión provocada por el asesinato; o, al revés, un criminal que deja una escena más o menos limpia quizá indique que regresará a su “vida normal” sin demasiada carga emocional. Pero en este caso, ¿qué clase de vida lleva alguien así?

Cada escena de un crimen es distinta, de hecho, dentro de una Escena pueden encontrarse muchas escenas.

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Las diferentes escenas dentro de la Escena del Crimen

En la intro mencionábamos que la escena del Crimen es cada lugar donde se desarrolla la actividad criminal que culmina en el delito o intento del delito conocido por la policía. Unas veces, todo se desarrolla en el mismo lugar, como vimos en el caso de Richard Ramírez, el acechador nocturno, que irrumpía en la vivienda de su víctima y allí procedía a realizar sus atrocidades. Pero en otras ocasiones, la actividad criminal se desarrolla en distintos lugares, como también nos contó el Señor López al hablarnos de Joanna Dennehy, que asesinaba a sus víctimas en un apartamento y luego se deshacía de los cuerpos arrojándolos a unas zanjas. 

Los investigadores suelen diferenciar los distintos lugares que componen la Escena del crimen de este modo.

El punto de contacto

Es el lugar exacto donde criminal y víctima se conectan por primera vez. Próximamente, espero que el señor López se tome a bien este spoiler, hablaremos nada menos que de Ted Bundy, uno de los asesinos seriales más top. Pues bien, este tipo captaba a sus víctimas llevando una muleta o un brazo en cabestrillo y, con esa excusa, les pedía por favor que lo ayudaran a cargar algo en su furgoneta. En ese caso, la escena del punto de contacto es el lugar público donde se acercó y se aprovechó de la amabilidad de la futura víctima para atraerla a su furgoneta y reducirla.

La escena secundaria

Es el lugar donde el criminal desarrolla parte de su actividad para consumar el delito, pero no el lugar principal. Siguiendo a Ted Bundy, la escena secundaria sería la furgoneta, donde introducía a su víctima una vez la había reducido o dejado inconsciente para llevársela al lugar donde tenía pensado explayarse a gusto con ella.

La escena primaria

Es el plató principal, el lugar donde el criminal lleva a cabo los hechos importantes de su agresión a la víctima. Es donde la tortura, viola o, en el peor de los casos, asesina. Ted Bundy tenía sus lugares predilectos donde llevar a cabo sus fantasías sin que nadie lo molestara, siendo allí donde la pobre adolescente de turno encontraba su muerte.

La escena intermedia

Son aquellos lugares de los que se sirve el criminal para realizar las tareas logísticas de su crimen. Vimos que Joanna Dennehy dejó el cuerpo de su primera víctima en un contenedor de basura durante unos días, como lugar provisional. También son escenas intermedias aquellos lugares donde el criminal guarda sus útiles de trabajo, o los vehículos de los que se sirve para el transporte del cadáver.

El lugar del abandono del cadáver

No parece necesario explicar en qué consiste, ¿no? En efecto, es donde el criminal pone punto final a su fechoría, deshaciéndose del cuerpo para continuar con su vida. También es el lugar donde la policía comienza su investigación para atraparlo.

En cada una de estas escenas del crimen aparecen rastros y evidencias tanto físicas como psicológicas. Por supuesto, también pueden existir testigos que puedan haber visto o escuchado algo.
    Es decir, en cada escena del crimen aparecen varios campos de actuación (físicos, psicológicos y circunstanciales) para su estudio. En las películas o novelas, quien monopoliza todo suele ser la figura del investigador de turno. Antes predominaba el detective con gabardina y cigarrillo en los labios; más recientemente los asépticos chicos del CSI o los superanalistas de Mentes Criminales.

En la realidad, la investigación no recae en un solo protagonista; sino que es un trabajo en equipo donde cada cual tiene su función.

¿Qué especialistas intervienen en La escena del crimen?

Ya decía Hans Gross, otra vez mencionamos al brillante juez austríaco de finales del s. XIX, que la investigación es un trabajo en equipo. Un equipo que, siguiendo aquello de zapatero a tus zapatos, estará integrado por especialistas y expertos en cada área, de tal manera que cada aportación se añada por separado a la investigación formando un cuerpo de datos lo más amplio posible que permita hacer una valoración global para, después, definir la línea de investigación a seguir.

Pero, ¿quién es y qué hace cada uno de los intervinientes en la investigación policial en la escena del crimen?

Los criminalistas: el médico forense y la policía científica

El Médico Forense es el experto médico con plaza en el juzgado, cuyo papel en la escena del crimen es confirmar que el cadáver sea realmente un cadáver y practicar un primer reconocimiento del cuerpo y sus heridas visibles. También tomará su temperatura a fin de calcular la hora aproximada de su muerte, si es reciente, o los días o semanas según su estado de descomposición. Una vez realizado todo ello, informará al juez de instrucción para proceder al levantamiento del cadáver, que no es ponerlo de pie, sino llevarlo al Instituto Anatómico Forense para realizarle la Autopsia.
    Siendo importantísimo el papel del médico forense, los actores principales en la escena del crimen son los miembros de la policía científica. En las novelas o series solían pasar desapercibidos, como mucho rellenando con sus blancos EPIs (Equipos de protección individual) el plano de fondo mientras el detective de homicidios campa a sus anchas tomando un café, que por lo general es bastante malo.
    La realidad es bien distinta. Tras la noticia del crimen, la policía científica es la que manda en la escena del crimen y sus agentes son quienes autorizan o no el acceso a la misma, encargándose de rastrear cualquier fibra, sustancia, líquido, sangre, pelo o huella. Por supuesto, también de documentar, mediante fotografías y mapas, absolutamente todo.
    Solo cuando ellos digan, aunque pasen horas y horas, el resto de actores de la investigación podrán entrar y echar un vistazo.

Los investigadores policiales de Homicidios

Son los que suelen comer donuts, fumar cigarros y vestir elegantemente. Algunos vienen de resaca y necesitan un café bien cargado. También suelen hacer bromitas, tirar de comentarios irónicos o fruncir el ceño cuando, nada más llegar, descubren algo que se le había escapado al resto de agentes pese a llevar horas y horas escudriñando el lugar.
    Por supuesto estoy bromeando.
    De modo muy general, la Policía se organiza en varios departamentos en función de cada tipo de delito. En el caso de un asesinato, le corresponde la investigación al Departamento de Homicidios, que se compone de un Inspector, el que manda; un subinspector, el que pone orden; y los agentes, los que curran de verdad. Sigo bromeando.
    Su labor en la escena del crimen es participar en la inspección ocular de la misma, una vez que los de la científica les den permiso para ello, e identificar y tomar declaración a todos aquellos que hayan tenido contacto con el suceso. Ni qué decir que, si el asesino está identificado o al menos existe un sospechoso, serán los encargados de tomarle declaración en la sede policial.

El juez de instrucción

¡El gran olvidado de las novelas, series o películas! Y sin embargo pieza fundamental de la investigación, dado que buena parte de la actuación de los policías de homicidios será supervisada, controlada y autorizada por él. Ninguna investigación policial puede llevarse a cabo al libre antojo o iniciativa del poli de turno que, una vez resuelva el caso, se presente en el juzgado con el asesino atado con un lacito. Harry Callaghan mola mucho, pero no sería posible en la realidad.
Su papel en la escena del crimen es realizar la inspección judicial, ser informado de los hechos que se conozcan en ese primer momento a fin de abrir las correspondientes diligencias policiales y autorizar el levantamiento del cadáver.

Los criminólogos: perfiladores o Analistas de comportamiento

Lamentablemente, al menos en España, no existe un cuerpo de criminólogos tal y como aparece en la serie Mentes Criminales. Recordad que la criminología es la ciencia que estudia el Crimen, la conducta y los factores que influyen para que alguien se convierta en delincuente.
Y, sí, también elaboran perfiles del posible culpable no identificado en función de las pruebas recabadas. Pero todo esto es a posteriori, solo cuando un caso se complica y, tras semanas o meses, los investigadores no saben por dónde tirar. Será entonces cuando el analista de la conducta, basándose en los informes técnico-oculares, fotografías y demás pruebas materiales intente responder a la pregunta: ¿qué clase de persona dejaría una escena del crimen así?
La participación de estos especialistas en la escena del crimen nunca suele ser inicial, solo en ocasiones muy concretas, como por ejemplo cuando ya forman parte del equipo de investigación que va tras un asesino en serie y el nuevo asesinato tenga fundados indicios de que sea obra suya. Por lo demás y como mucho, puede que algunos policías que hayan estudiado criminología intervengan para el trato con las víctimas supervivientes del delito, familiares o menores. Pero más como apoyo psicológico que otra cosa, no en plan agente del FBI de la Unidad de Análisis conductual de Quantico (Virginia).
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Estos son los actores principales en la Escena del Crimen y los responsables de encontrar cualquier rastro que pueda probar la identidad y culpabilidad de un delincuente. Son los protagonistas del escenario criminal, pero ese escenario puede tener decorados muy distintos.

Los tipos de escenarios del crimen

Cualquier lugar es bueno para cometer un asesinato, eso es lo que aprendemos leyendo novelas o las noticias que aparecen en la sección de sucesos de los informativos. Diría que no existe un solo lugar en el mundo que esté libre de acoger uno, siendo clasificados de la siguiente manera.

Escena del crimen interior

Son aquellas donde la actividad del criminal se ha desarrollado en el interior de una casa, edificio, local y, en general, en una construcción separada del entorno natural.
Hablamos de apartamentos, casas, garajes, cines, teatros, supermercados, bancos, iglesias, hospitales…

Escena del crimen móvil

No confundirlo con el móvil de un crimen. En este caso son aquellos escenarios interiores pero no fijos, como son los medios de transporte. Coches, aviones, barcos, trenes, autobuses, metro, etc.

Escena del crimen exterior

La encontramos cuando la actividad criminal se desarrolla al aire libre, bien puede ser en la calle, en el campo, en un solar, en la playa… Estos escenarios tienen la dificultad añadida de que la naturaleza, en forma de lluvia, viento o intervención animal es nefasta para la conservación de las pruebas.

Escena del crimen subacuática

Como su nombre indica, es aquella donde la actividad criminal se desarrolla bajo el agua, bien sea el mar, un río o un lago. Normalmente, estas escenas son los lugares del hallazgo de un cadáver, no en los que el crimen se haya cometido.

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No hace falta decir que, desgraciadamente, los investigadores no siempre encuentran la escena del crimen tal cual quedó tras la comisión del asesinato. La misma pudo ser contaminada, alterada y manipulada y ello es importante detectarlo.

    Pero de esto hablaremos en el próximo capítulo dedicado a La escena del crimen. Hasta entonces...

Sed muy felices y moderadamente malvados


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sobre mi

DAVID RUBIO

Aunque no sea lo mismo que compartir una buena charla acompañada de un café bien negro, te propongo quedar en otros espacios virtuales donde también suelo perpetrar publicaciones. Clica sobre los siguientes iconos o envíame un mail a balasyestrellas@gmail.com.

Comentarios

  1. Excelente artículo, diría yo, más que entrada, David. Muy bien documentado y estructurado nos aporta gran cantidad de información muy interesante. Además es un tema que me gusta mucho, he leído mucho sobre Criminología, sobre todo, y sobre perfilación criminal. Tengo los libros de Paz Velasco, habiendo hecho, incluso, un curso online con ella de profesora. Otro experto que tenemos en nuestro país es el profesor Vicente Garrido. Un abrazo!

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    1. Gracias, Antonio. Veo que nuestra biblioteca contiene varios elementos en común dado que también tengo ese libro de Paz Velasco y varios de Vicente Garrido. El mundo del crimen es asombroso, macabro, pero normalmente te depara historias increíbles. Esta es la primera de las tres partes que dedicaremos a la Escena del crimen. La próxima irá sobre escenarios contaminados o ritualizados. Un abrazo!

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  2. Un gran artículo a modo de ensayo sobre las vertientes de la escena del crimen. Muy buena también la diferenciación entre escena del crimen y escena del asesinato. Y muy buen apunte el de el papel de jueces y juzgados; aunque los autores o cineastas hacen muy bien en saltarse ese paso pues hubiera arruinado el ritmo de cientos de novelas o películas. Siempre me llamó la atención la escena del crimen de los Marqueses de Urquijo o la del desastre de las niñas de Alcasser. Está claro que aquí hay temática para extenderse e incluso para un libro de lo más completo con desastres, ejemplos de buenas prácticas o caso de criminales profesionales que no dejaron huellas (o indujeron pistas falsas).
    Gracias, David, por tan buen trabajo.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Gracias, Miguel. Ostras! Casi te avanzas al contenido de la siguiente entrega, ja, ja, ja... En efecto, saldrán los marqueses de Urquijo. Lo de los jueces siempre me ha llamado la atención que apenas tengan peso. A lo sumo, algún fiscal en las novelas americanas y más como tocapelotas del policía que como apoyo a la investigación.
      En el fondo, pienso que lo que nos gusta de este género es la lucha del bien contra el mal, donde el detective es el héroe que se enfrenta solo al enemigo todopoderoso. Una fórmula eternamente reescrita pero la misma en esencia que la que encontramos en los mitos griegos. Un abrazo!

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  3. David, me he dado un regusto leyendo esta publicación, ya que el estudio de la escena del crimen como te dije hace unos días es lo que más me llama la atención, esa investigación exhaustiva hasta dar con las pistas fidedignas o no, que señalen al o los asesinos.
    Creo que disfruto más los libros que el cine en ese registro, ahora bien hay películas que me han gustado mucho, como "Los siete pecados capitales" y "El colector de huesos" por mencionar algunas de las menos viejas, porque las de Agatha llevadas al cine, me fascinan.

    Menudo trabajo de investigación y creo que hasta de recreación, ja, ja, pues como fans que eres de la novela negra, el crimen forma parte de tus gustos y no niego que del mío también, aunque aclaro y supongo que también tu, que en literatura y cine, no así en la vida real. Creo que llevamos un criminal o un detective (o ambos) dentro. Me encanta "Dexter"...

    En fin, todo lo que nos señalas es super interesante y bien explicado. Recuerdo que cuando estaba en la facultad estudiando ingeniería, uno de los compañeros venia de Estados Unidos, era mayor que el resto y había trabajado como dibujante en la policía de allá, las personas le describían como era el rostro del criminal o violador y el lo dibujaba. Hicimos varias pruebas describiéndole personas, y los dibujaba con una facilidad y velocidad pasmosa, era todo un artista. Ese es otro detalle importante en la investigación, si hay victimas con vida para describirlo. Bueno, me has refrescado la memoria de muchos libros leídos, series de mi época y películas sobre ese tema.

    Gracias David, que lo estés pasando bien, un abrazo de esta detective potencial, ja, ja.

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    1. ¡Gracias, Idalia! Pienso que una trama en la que de alguna manera nos invite a descubrir al asesino siempre va atrapar a cualquiera. Es cierto que hay tonos y tonos dentro del género, las novelas de Agatha o Conan Doyle suelen presentarnos el crimen sin demasiado drama, más como un juego detectivesco que como una incursión cruenta en la mente del asesino. Es lo bueno del género, que ofrece desde la historia más oscura y enfermiza, hasta el llamado Cozy Crime que ofrece asesinatos de una manera más amable.
      El otro día estaba viendo Arsénico por compasión, aquella comedia negra protagonizada por Cary Grant. Divertidísima, pero historia negra al fin y al cabo.
      En esta sección intento acercarme a la investigación real, a cómo la policía cuenta con un procedimiento muy regulado para poder, no solo dar con el culpable, sino conseguir probar su culpa y la posterior condena.
      Lo de los retratos robot es un arte, aunque un servidor sería incapaz de identificar a nadie a partir del mismo, ja, ja, ja... Hubo una pseudociencia, llamada frenología, que incluso relacionaba el rostro del criminal con rasgos animales. Si su cara recordaba, por ejemplo, a la de un zorro, se le consideraba astuto y cauteloso; si por contra se asemejaba más a un cerdo, sucio y brutote.
      Me alegra que estas entradas te resulten entretenidas y te traigan esos recuerdos. Un fortísimo abrazo!

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  4. Tremendo artículo, David. Qué bien y con qué sencillez has explicado un tema con muchas más aristas de lo que podría parecer. Me ha gustado especialmente la referencia a la huella psicológica que deja el asesino, me parece interesantísimo eso, y la reivindicación que haces de los jueces de instrucción, fundamentales pero absolutamente desconocidos. Me ha encantado esta entrada.

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    1. Gracias, Marta. Esta sección tiene como objetivo mostrar un poquito, y espero que con pocos errores, cosas de la investigación real para que de alguna sirva, a mí incluido, para que los autores de este género encuentren algunos datos para llevar a sus novelas.
      Ciertamente, el juez de instrucción es casi un ente fantasma en las novelas. Como le comenté a Miguel, quizá le falta heroicidad o le sobra burocracia y legalidad como para pensar que sea interesante en una novela. No sé. Un abrazo!

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  5. Wallaa... ! Me has matado con lo del levantamiento del cadáver.. jjaj
    Y con lo de que los detectives son los que fuman... hablamos de banacek, colombo, mcmillan y mccloud. Jaja
    Te imaginas a uno de mentes criminales fumando? Despedido, procesado y fusilado al amanecer.
    Es buena la distinción que haces de Qui y en USA, Y en tantos otros sitios. Es lo que te comentaba una vez, del desconocimiento del wue no está metido en el ajo, wue algunos errores chirrían aunque solo sea a los entendidos.
    Me encanta lo ameno que lo explicas todo.
    Abrazoo

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    1. Gracias, Gabiliante. Bueno, un poquito de humor negro no hace daño a nadie, je, je, je... La verdad es que suelo ser bastante indulgente con los errores de procedimiento en una novela. Si llego a darme cuenta es porque la novela ya me parece mala en su trama, si por el contrario me gusta y atrapa ni me doy cuenta de esos errores. En realidad, salvo que sean fundamentales para la trama, suelen pasar desapercibidos.
      Por ejemplo, en El silencio de los corderos hay una escena imposible, como es cuando Hannibal se hace con un bolígrafo pese a estar encadenado a una tabla y con una máscara de cuero en la cara. Es imposible que pudiera haberse llevado ese bolígrafo a la boca. Pero lo perdonamos gracias a lo bien que nos lo hace pasar la película.
      Me alegra que te haya resultado ameno, eso es lo primero que me preocupa. Un abrazo!

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  6. Interesantísimo. Si se quiere escribir un policíaco, estos artículos vienen de maravilla. También si se quiere cometer un asesinato y ya sabes que a mí lo de escribir novelas no me va... ja, ja.
    Esa serie de Mentes criminales no la he visto nunca, pero me has metido el gusanillo.
    Un beso.

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    1. Gracias, Rosa. Pues has comentado una de las razones de esta sección. Soy un desastre y cuando leo cosas las voy resumiendo y anotando de manera caótica, al punto de olvidarlas. Con esta sección me aseguro de tener a mano estas informaciones sobre investigación policial y, si además le sirve a algún compañero para su escritura, mejor que mejor.
      La serie no vale gran cosa, quizá solo la primera temporada. Un abrazo!

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  7. Hola, David:
    Me ha parecido muy inspirado el paralelismo literario que estableces entre la “mente criminal” (mente escritora) y la “mente investigadora” (mente lectora).
    Como siempre, nos regalas un estudio detallado y una narración sugerente. Soy ajeno a esta realidad, mi única referencia es su plasmación en las ficciones creativas, por lo que quizá la duda que te voy a plantear parta de un error conceptual por mi parte.
    Creo que el concepto “escena del crimen” lleva siendo mal utilizado en España por la mayoría de nosotros tras el estreno de la teleserie CSI. Más allá de sus planteamientos en Criminalística, desconozco si muy o poco acertados, me parece que los fallos ocasionales en su traducción han llevado a que se hayan consolidado entre nosotros conceptos erróneos.
    En inglés “crime” es un sustantivo que identifica una acción punible por ley: un delito. En español “crimen” identifica un delito de sangre (normalmente un asesinato). Muchas veces escuchamos en estas teleseries hablar de “escena del crimen” donde creo que en español se debe decir “escena del delito”: por ejemplo en un atraco sin víctimas. ¿Estoy equivocado cuando aplico en mis traducciones esta diferenciación entre escena del “delito” y del “crimen”? ¿Debería usar “escena del asesinato” para los homicidios y “crimen” para el resto en vez de “delito”?
    Un placer y un estímulo el leerte, David.

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    1. Gracias, Nino. Muy buen apunte etimológico el que planteas. De hecho, en el código penal no aparece la palabra crimen salvo en un artículo, si no recuerdo mal el de incitación al odio. Pero más allá de eso no aparece. Si se utiliza la palabra crimen como un acto contrario a la ley y más en concreto un delito de asesinato u homicidio. Si te soy sincero he utilizado esta expresión más por ser la más utilizada que por otro motivo.
      Es como lo de Asesino en serie, en realidad Serial Killer debería traducirse como Asesino serial, dado que la idea es que el asesino nos cuenta su historia con cada asesinato.
      Respecto a lo de la traducción, puff... Quizá la única forma errónea es la de escena de asesinato u homicidio, dado que ambos conceptos son jurídicos y cada uno tiene su propia identificación como tipo penal, algo que de entrada no compete a la policía cuando se encuentra con un cadáver. "Escena del delito" sería más correcto, aunque quizá al lector le suene más raro y asocia mejor un delito de sangre a Escena del crimen que a escena del delito. En el fondo, son convenciones y usos, aunque a veces no sean del todo exactos. Un abrazo!

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    2. Hola, David:
      Por suerte desconozco la mayoría de los términos legales (mi ignorancia es resultante de la carencia de problemas solventados por vía judicial). Y, también por suerte, al leerte descubro datos y disfruto leyéndote.
      El campo del mal uso del idioma –ese ver cómo el “habla” deviene en “lengua” e incluso se institucionaliza como “norma”– es uno de los muchos laberintos que me convierten en “ninotauro” je je.
      Pero, la verdad es que me fastidia que tomemos tantos préstamos lingüísticos innecesarios, los usemos mal y, pese a su redundancia y su mal uso, se institucionalicen como referentes lingüísticos que convierten en apestado a quien no los usa.
      Aprovecho para plantearte otra pregunta: ¿cuál es el término español en el habla criminalista para el sustantivo inglés “profiler”? ¿Perfilador? Suelo usar “analista de perfiles” y eso me trae problemas por su extensión.
      Disculpa por haber convertido esta sección de comentarios en un consultorio.
      Un abrazo, David.

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    3. Hola, Nino. Es que al final los términos se imponen más por hábito y uso que por su corrección e imagino que eso es un dilema a la hora de traducir. Recuerdo que hace años escuché la anécdota de un periodista que narrando un partido de Alemania le dio por llamar a "Bequenbauer" de manera correcta "Bacanbaua". Creo que lo echaron porque la audiencia no sabía quién era ese jugador.
      Respecto a lo que comentas, autores como los que menciono en estos artículos suelen utilizar el término de perfiladores o perfiladores criminales. Vicente Garrido menciona en La mente criminal que la forma técnica correcta es Analista de la Investigación criminal. Volviendo a lo de antes, creo que la sociedad ya tiene interiorizada la fórmula de "perfilador". Un abrazo!

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  8. Hola David: un articulazo, como nos tienes acostumbrados. Es curioso leer estas entradas porque, como alguna vez te he comentado en estos comentarios, no es mi género predilecto, ni para leer ni para escribir, pero sí me gusta aprender y soy curiosa, por eso me gusta leerlos también y, quién sabe, quizá hasta un día me animo a escribir algo del género (seguro que me saldría muy normalito, pues alguna vez me he atrevido y sí, ha salido normalito). Muchas gracias por tu trabajo y tus conocimientos sobre el tema. Un abrazo. :)

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    1. Gracias, Merche. Me alegra que te gusten estas entradas, en realidad son apuntes que como cualquier alumno va tomando de aquí y de allá de manera autodidacta y, por tanto, no exenta en su caso de posibles errores. Seguro que al final terminarás encontrando el gustillo a esto de asesinar personajes, je, je, je... Un abrazo!

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  9. Gracias David por este artículo tan bien escrito y tan bien documentado. Si alguna vez me pongo a hacer algún relato con este género, regresaré a releerlo. Todo lo concerniente a la escena del crimen es bastante ignorado por el público en general y lo único que sabemos es lo que nos ponen en las series o películas, que no siempre se ajusta a la realidad. Me pareció muy interesante, enhorabuena por un gran trabajo. Saludos.

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    1. Gracias, Ana. De la Escena del crimen seguiremos hablando en las siguientes entradas. Justamente, la idea de esta sección responde a las dificultades que encontramos a la hora de encontrar documentación con la de dar verosimilitud a nuestras historias, en este caso negrocriminales. Dificultad que hago mía y que por eso he pensado en aprovecharla para ir agrupando en estos artículos la información que pueda ayudar a los escritores. Un abrazo!

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  10. Hola, David! Te estás empeñando en tirar por tierra toda la industria del cine, jejej. La verdad es que un hombre amargado, que ha sufrido lo suyo, que es más listo que nadie y que se pasa por el forro todos los protocolos y escalones de mando vende más, o por lo menos, entra mejor. El proceso, como nos lo muestras, es otra cosa, y, como un abrir de ojos, nos lo plantas de un modo claro, lógico y muy trabajado. También real, con eso de que a veces no se da con el culpable. A mí, lo que más me chirría, o llama la atención, sobre todo en las películas, es el perfilador. Es algo que no acabo de entender, aunque la serie de Mindhunder me encantó, pero sigo sin ver claro su quehacer. Muy subjetivo y lleno de suposiciones, pero eso solo es una visión desde fuera e ignorante, seguro que la conducta humana está llena de patrones aunque nos pensemos lo más original del mundo.
    Un abrazo y feliz finde, David!

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    1. Gracias, Pepe. Ja, ja, ja... En realidad te aseguro que no soy nada exigente con la veracidad de una historia. Si logra atraparme ni me doy cuenta de los errores de documentación; si no me atrapa es seguro que hasta me fije en la forma de las nubes del cielo. Lo importante, opino, es que la metida de gamba no sea en lo esencial o no forme parte de la resolución del misterio. Y normalmente la resolución del misterio nunca se basa en cuestiones como una huella delatora o cosas así.
      Lo de los perfiladores parece cosa de magia, pero realmente son una ayuda. Ya veremos algún caso más adelante, pero su función no es identificar a una persona concreta, sino enfocar una investigación. Piensa que cuando aparece un cuerpo en la cuneta de una carretera, en principio todos somos sospechosos. Hay que reducir ese número. Por ejemplo, si las características del crimen corresponden a un hombre o una mujer, reduce la mitad. Si por el lugar de acceso es un autor que se desplaza en coche reduce a los que no conducen, así sucesivamente y de acuerdo con los indicios, los perfiladores van ajustando los rasgos de personalidad, la forma de vida del presunto autor y ello sirve a los detectives para reducir cada vez más el círculo de sospechosos. Es asombroso leer algún perfil realizado antes de la detención del culpable, suelen acertar muchísimo. Un abrazo!

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  11. Hola David,
    Gracias por tan impecable artículo sobre la escena del crimen.
    Nos has dado toda una lección magistral sobre el tema. Me gusta mucho leer novela negra, sobre todo de los autores que han ido surgiendo en los últimos años por todo el norte de España: Ibon Martín, Dolores Redondo, Ana Lena, Arantza Portabales, Mikel Santiago y Eva María Sáenz de Urturi, entre otros. Pero nunca me ha dado por intentar escribir nada en ese género. Aunque he reconocido cada parte del proceso en tu post, nunca me había planteado que se tuviesen que tener en cuenta tantos factores a la hora de construir una historia sobre uno o varios crímenes para que toda la trama resulte coherente y factible. Tal vez porque no es lo mismo leerlo que tener que escribirlo. Cuando leemos todo parece fluir de forma muy natural, pero no pensamos que para que como lectores sintamos esa fluidez, el autor o autora han tenido que invertir muchas horas de su tiempo en documentarse, organizarse, idear tramas y encajarlas de manera que resulten impactantes en partes estratégicas de la novela, definir personajes y dotarlos de una personalidad propia que pueda explicar su forma de actuar y el porqué de sus actos, entre otras muchas cuestiones.
    En definitiva, es un lujo leerte y aprender tanto haciéndolo.

    Un fuerte abrazo.

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    1. Gracias, Estrella. La documentación es importante, no solo para evitar errores muy groseros como, por ejemplo, confundir una pistola con un revólver o desconocer los distintos calibres de las balas. También es verdad que el proceso de documentación te da nuevas ideas. Pero lo fundamental siempre es la historia. Una buena historia y trama soporta cualquier error, una mala historia y trama exquisitamente documentada siempre será una mala historia.
      Yo veo la documentación como una oportunidad de encontrar nuevas ideas, una manera de meterte en situación. Lo ideal, que duda cabe, sería asistir en directo a levantamientos de cadáver, interrogatorios, etc. Pero eso no siempre es posible. Me alegra que te gusten los contenidos del blog. Un abrazo!

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  12. !Hola, David!
    Muchísimas gracias, por este pedazo de artículo tan valioso. Cuando me pongo a leer un libro o ver una película de este género, no suelo profundizar en lo que a simple vista no muestran con claridad. Así como hay en; "las diferentes escenas dentro de la escena del crimen". Esto me recuerda, que prácticamente en todo en la vida, dentro de "algo" hay otros "algo". Ciertamente, debe haber muchas escenas, y especialistas necesarios para descubrir al delincuente, o asesino... Más tarde o temprano todo sale a la luz. Me viene a la memoria una película que vi, y me gustó mucho; Un ciudadano Ejemplar, por muy bien organizado que tuvo todo acabó siendo descubierto. Por lo general, en películas y libros suelen tener ese final que esperamos, donde el malo es atrapado, no así lo vemos en la vida real, con tantos casos por resolver o esclarecer, supongo que también hay implícitas muchas cuestiones.
    Lo que sí me resulta coherente y aplastante, es lo que dices al respecto sobre: ¿Qué es la escena del crimen? Y es, que nadie puede ocultar del todo su personalidad, en todo acto, uno está presente de alguna forma.

    Me ha encantado, David, otro artículo tuyo que va al archivo para cuando necesite releer.
    !Un fuerte abrazo!

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    1. Gracias, Mila. La realidad de la investigación criminal suele ser menos misteriosa. De hecho, esta labor minuciosa no suele dar como resultado la identificación del culpable, algo que en la mayoría de casos se logra en las primeras 24 h o gracias a un chivatazo, o una entrega voluntaria o a un testigo. La labor fundamental de la criminalística es lograr DEMOSTRAR que el investigado es culpable. Por ejemplo, en el asesinato terrible de aquel niño que llamaban el pececito, la policía tenía claro desde el principio quién era la culpable, la pareja del padre. Sin embargo, su detención no se produjo hasta que lograron reunir todas y cada una de las pruebas que implicarían su condena en juicio.
      En las novelas, ni qué decir que lo importante es la identidad del culpable. Por eso, en la mayoría todas las pruebas criminalísticas suelen ser negativas a ese fin. Si te fijas cuando leas alguna. En todas, lo primero que se dice es que no hay huellas ni restos de sangre. Y ello para que sea el policía investigador el que logre dar con el culpable por sus propios medios. Un abrazo!

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  13. Hola David. Desde luego la criminología es mucho más compleja de lo que los neófitos imaginamos y, como cualquier ciencia ha avanzado mucho con el paso de los años. Prueba de ellos es este resumen tan elaborado que nos has traido. Efectivamente es imposible planificar o cometer un asesinato sin dejar ningún cabo suelto y los encargados de resolverlos han de esforzarse en hallar ese hilo del que tirar. Sin embargo no son pocos los asesinatos que quedan sin resolver, o se resuelven al cabo de años. El crimen de Susqueda que mencionas, trágico como todos ellos, es sin embargo interesante por la complejidad en la investigación y las numerosas lineas de investigación, sin que a día de hoy haya un culpable claro pues el principal sospechoso ha tenido que ser puesto en libertad por falta de pruebas. Gran artículo. Un abrazo.

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    1. Gracias, Jorge. El meollo de la cuestión en la mayoría de los casos no resueltos no es tanto que el culpable no sea conocido por la policía, sino que existan pruebas que puedan condenarlo. Esa es la verdadera importancia de la criminalística o la criminología lograr la condena del culpable. En realidad, los casos sin resolver son aquellos en los que no existe un vínculo especial entre la víctima y el asesino como en el caso de los asesinos seriales. Hubo casos de asesinos que estuvieron asesinando durante cuarenta años sin que la policía pudiera echarles el guante.
      Afortunadamente, los homicidios, al menos en España, no son tantos y la mayoría se resuelven de manera rápida.
      En efecto, cometer un delito y ya no te hablo de un asesinato no es algo que se haga como comerse un donut. Es una situación intensa tanto en el criminal ocasional o de arrebato como en el asesino profesional u organizado. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo!

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  14. Instructivo tu artículo, David. Como siempre.
    Me ha gustado especialmente el tema del principio de transferencia porque, no sé si es que tengo sangre homicida en mi ADN, pero mi sensación es que es un principio aplicable al resto de nuestra vida. Quiero decir que, al final, quieras o no, dejas huella allá donde vas (aunque sea por resultar anodino o indiferente) y del mismo modo, también nos llevamos siempre algo, incluso esa nada tan grande para no repetir experiencia.
    Aplicado a la escena del crimen es mucho más inquisitivo el tema y los matices cobran gran importancia. En los asesinatos (tanto en novela como en cine) los matices siempre me han llamado mucho la atención, sobre todo descubrir cómo se me escapan... porque es así... siempre se me escapan los detalles. Debe ser que me distraigo con cualquier cosa.
    Un abrazo, David

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    1. Gracias, Matilde. En efecto y como muy bien puntualizas nuestra presencia en cualquier lugar siempre deja huella, incluso aunque pasemos desapercibidos. Por supuesto, cada experiencia vital también pasa a formar parte de nosotros. No solo los hechos criminales.
      Por los matices es por lo que muchas veces constatamos la enorme diferencia entre la realidad "real" y la realidad que suele aparecer en los medios que suele ser una realidad "artificial" adaptada a lo que entiendan que el público demande. Cualquier suceso que conozcamos por los medios suelen ser totalmente diferente en comparación a los hechos que se juzgan en el juzgado. Recuerdo el caso de Rocío Wanninkhof ¿qué no se diría en los medios respecto a la presunta asesina? Luego, la realidad fue muy distinta.
      Bueno, teniendo en cuenta cómo escribes, creo que a tu mirada de escritora se le escapan muy poquitas cosas. Un abrazo!

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  15. ¡Hola, David! Qué buena definición sobre el crimen al comienzo de la entrada. Felicidades por el exhaustivo trabajo de documentación, investigación, aclaración y diferenciación de conceptos (como la importante diferencia entre "escena del crimen" y "escena de un asesinato") y clasificaciones. Se entiende todo bastante bien tal y como está expuesto. Por otra parte, ya veo también que cuando se habla de estos temas, se hace imprescindible nombrar a nuestro querido Sherlock Holmes je, je, je. Y qué curiosa la teoría acerca de que el asesino siempre deja algo en la escena del crimen, siendo la "planificación" ya de por sí algo que permanece, al igual que toda la parte psicológica (Esto me recuerda a mi relato favorito de Poe, "El corazón delator", donde el protagonista "presume" de lo bien que había planeado su fechoría. Tan bien lo había hecho que nadie podía decir que estuviera loco...). Excelente artículo. ¡Un abrazo!

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    1. Gracias, M.A. Haces bien en mencionar a Sherlock, un día llegará al blog y nos daremos cuenta de cuánto influyó para el desarrollo de la criminalística moderna. Releyéndolo y comparando con las fechas de los hitos de esta ciencia uno se da cuenta no solo de que Conan Doyle estaba muy al día de la actualidad científica, sino que en cierto modo avanzaba pruebas que estaban por descubrirse.
      Ese principio de transferencia es de una lógica de sentido común, ¿qué clase de persona dejaría esa escena del crimen? Es la primera pregunta que un investigador se hace. Si la escena es sucia indica una cosa, si es limpia, otra, si está manipulada o ritualizada... bueno, esto lo veremos en la siguiente entrega. Un abrazo!

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