TARANTINO: EL JOVEN PATÉTICO Y CRIMINAL | 30 años de Pulp Fiction. Vol. 1

El próximo 21 de mayo se cumplirán treinta años del estreno de Pulp Fiction en el Festival de Cannes. Dos días después, Clint Eastwood , presidente del jurado en aquella edición, proclamó la película de Quentin Tarantino como ganadora de la Palma de Oro.      Los que seguís este blog ya conocéis mi pasión tanto por esta película como por Tarantino, así que, evidentemente, Balas y estrellas no podía dejar pasar la ocasión para rendirle homenaje.      Comenzando, claro, por Quentin Tarantino, el genio de la narrativa que más me ha hecho disfrutar en una sala de cine. TARANTINO: EL JOVEN PATÉTICO Y CRIMINAL

SIN CITY | La ciudad del pecado de Frank Miller

Reseña de Balas y Estrellas, Blog de novela negra

Mi primer acercamiento al género negro no fue con una novela. De hecho, en mi tierna adolescencia ni siquiera conocía que las historias en torno al crimen se etiquetaran así o tuvieran una manera específica de ser contadas. Así que cuando leí un cómic del superhéroe Daredevil titulado Born again me quedé impactado.
    En esa historia, Matt Murdock apenas se enfundaba su traje rojo ni su enemigo era un supervillano, sino un gánster enorme llamado Kingpin. Era una historia de supervivencia en la que la exnovia drogadicta del abogado ciego vendía por una papelina de cocaína la identidad secreta del superhéroe, del único hombre al que amó, a su peor enemigo.
    El autor de esta historia se llama Frank Miller, el tipo que me aficionó al género noir.

SIN CITY de FRANK MILLER

Frank Miller es uno de esos contados autores cuya irrupción en el medio supone un antes y un después. De esos genios capaces de renovar narrativas y enfoques. Además, es un tipo que desde siempre tuvo las ideas muy claras: quería ser dibujante de cómics.Y vaya si lo consiguió.

«REGRESA A VERMONT Y ECHA GASOLINA»

Frank Miller nació un 27 de enero de 1957 en Maryland, pero su infancia y adolescencia transcurrió en Montpelier, Vermont. Pese a ser la capital de ese estado norteamericano es una ciudad pequeña en un entorno eminentemente rural. Esa circunstancia es buena para algunas cosas, pero entre ellas no se incluye dedicarse al mundo del cómic.
    Y si algo tuvo muy claro Frank Miller desde sus escasos seis años es que de mayor quería ser dibujante de cómics. Eso haría gracia a sus padres, al menos mientras era niño. El problema es que cuando ya alcanzó la adolescencia y la mayoría de edad, el bueno de Frank no había cambiado de idea y encontró, con buena intención, una frontal oposición de su famila.
    Ello no le importó en absoluto.
    Le dio igual que en su ciudad no hubiera escuelas de dibujo. Él solo se bastaba para aprender de los mejores, de maestros como Will Eisner, Steve Ditko o Jack Kirby que en cada cómic le regalaban una clase magistral. De manera autodidacta, estudiaba y analizaba su estilo y aprendía algo que imagino también se puede aplicar a los escritores: una cosa es escribir bien y otra es narrar. Frank así lo afirma adaptándolo a su medio: una cosa es dibujar bien y otra es narrar una historia.
    Como de alguna manera tenía que ganar dinero se dedicó a trabajos mal remunerados mientras animaba su sueño publicando en fanzines locales. Así transcurrió su vida hasta que, a los dieciocho años, pensó que ya estaba preparado para contactar con las grandes editoriales. En realidad, para deslumbrar con sus dibujos a los editores de la gran Nueva York.
    Se suele decir que uno tiene que luchar por sus sueños, ¿no? El problema es cuando suena el despertador. En el caso de Frank Miller ese despertador fue nada más y nada menos que uno de los dibujantes más prestigiosos de su época: Neal Adams. Un amigo de un amigo había logrado concertarle una cita con él. Una cita que presumía gloriosa, pero que sin embargo terminó como una bofetada.
Señor Miller, se lo digo con sinceridad. Sus dibujos son muy malos. Le aconsejo que regrese a Vermont y se dedique a echar gasolina.
Neal Adams

BORN AGAIN

En nuestro idioma significa Renacer. Creo que todos podemos imaginarnos a Frank de regreso al humilde apartamento que había alquilado en Nueva York. Que su familia le dijera que eso de dibujar cómics no tenía futuro era una cosa, que un maestro del cómic te dijera que tus dibujos eran muy malos, era otra muy distinta.
    Era la defunción de su sueño.
   Pero Frank parece que es un tipo muy cabezota y, en lugar de regresar a Vermont para dedicarse a trabajar en una gasolinera, perseveró. En esa primera reunión con Neal Adams, además de esa sentencia, le ofreció consejos de dibujo. Consejos al aire pero que Miller se tomó muy en serio. Tanto como para volver al estudio de Adams días después con nuevos dibujos.

Dada esa respuesta ¡menos mal que no dejó de dibujar!

Paulatinamente, bien por su persistencia, bien por la mejora de sus dibujos, Neal Adams pareció tomarle cariño. Al parecer, algo sí le llamaba la atención en su arte: la manera en la que componía sus páginas y los planos de sus viñetas. Así que decidió usar su influencia para conseguirle trabajo en la editorial Gold Cómics que le encargaría dos historias para la versión en cómic de la famosísima serie The Twilight Zone.
    Tras ese trabajo, lograría otro en la DC Cómics, la editorial de Batman, del personaje que reinventaría rebautizándolo con el nombre de El caballero oscuro. Para ello todavía deberían pasar años, en ese momento, le ofrecieron trabajos menores, como historias que complementaran colecciones de cómic bélico. Siendo sinceros, su trabajo no convencía demasiado al editor. Le resultaba original en su puesta en escena, pero insistía a los entintadores en que se esmeraran a fondo para lograr un dibujo decente. Al punto de que su lápiz prácticamente quedaba sepultado por el estilo del entintador.
    Ya hemos dicho que Miller es un cabezota, ¿no?
    Pues también era orgulloso, y que su trabajo fuera retocado de esa manera no le gustaba nada. Así que cogió las maletas y se fue a la Marvel, la de superhéroes como Spiderman o Los Vengadores. Allí no causó mejor impresión al editor, pero este sí le vio cierto talento que podía merecer ser explotado. Decidió ponerlo bajo la tutela de Mary Jo Duffi, la responsable de las colecciones de Spiderman, para que lo fuera puliendo y aconsejando e incluso dándole nada menos que un par de números de la segunda colección del trepamuros en la que también aparecería otro superhéroe: Daredevil.
    Este personaje, conocido también como el cuernecitos, era de tercera división dentro del elenco de La Casa de las Ideas. De hecho, su colección iba a ser cancelada en breve, así que la tutora vio en esa defunción anunciada una estupenda oportunidad para que Frank Miller se soltara sin riesgo alguno de desastre.
    Miller no solo evitó el desastre, hizo mucho más. Logró que la moribunda serie del cuernecitos renaciera y llegara a ser una de las colecciones con más éxito de ventas.
    Y lo hizo dándole a sus historias un giro al género negro.

¿GÉNERO NEGRO Y SUPERHÉROES?

Lo de los géneros y las etiquetas está bien para las librerías o los hashtags esos de Amazon. Pero cuando un genio se pone a contar una historia quedan en un plano muy secundario. Y Miller ante la primera gran oportunidad de su carrera no dudó un instante en probar la posibilidad de dibujar y narrar las historias que más le gustaban en su adolescencia: la novela negra.
    En concreto, las novelas de Mickey Spillane, el autor de la serie del famoso detective Mike Hammer que comenzó con Yo, el jurado. En ellas, el detective se rebelaba, de manera muy comprometida y esmerada, ante la corrupta sociedad y sistema judicial que era capaz de dar amparo a los asesinos con meros formalismos que podían incluso evitarles la condena. La justicia era él, para bien y para mal.
    Otra influencia muy notoria fue la de Will Eisner y su The Spirit. Esa mezcla de estética negra y superhéroes era algo que siempre le atrajo y quiso replicar. Así, Daredevil dejó de enfrentarse a supervillanos de segunda para formar parte de tramas propias del género negro, con gánsteres, asesinatos y, sobre todo, un enorme mafioso llamado Kingpin.
    También dotó a Daredevil de un estilo de lucha propio, inspirado en la cultura japonesa y en concreto el manga. Toda una revolución visual que, tras una pausa de un par de años, culminaría con su primera obra maestra, si bien en el apartado de guion: Born Again.
    Dicha saga lograría tal reconocimiento que la DC le propondría, ahora sí, una historia para Batman que nos traería dos obras cumbre que influyeron decisivamente en la imagen con la que lo hemos conocido en las últimas películas: El regreso del caballero oscuro y Batman: Año uno.
    La siguiente bomba se haría esperar unos pocos años más. A finales de los ochenta se produjo una revolución en el mundo editorial del cómic americano. Los autores, hartos de las condiciones de Marvel y DC Cómics, decidieron crear nuevos sellos editoriales donde no solo cobraran más por sus obras, sino que además les permitieran mayor libertad creativa dado que abandonaban el código moralista de la época: el Comic Code. Se liberaba con ello al autor de limitaciones creativas tan curiosas como estas:
  • Los crímenes nunca serán presentados de modo que creen simpatía por el criminal, promuevan desconfianza de las fuerzas de seguridad o inspiren a desear imitar a los criminales.
  • En cada momento el bien triunfará sobre el mal y los criminales serán castigados por sus acciones.
  • Las ilustraciones sugerentes o libidinosas o en poses inapropiadas son inaceptables.
    Y un largo etcétera de chorradas parecidas que imponía ese código moralista. Ya veis que los defensores de las buenas costumbres siempre han existido.

Frank Miller fichó por Dark Horse, y 1992 fue el año que, al fin, pudo escribir y dibujar la historia que siempre soñó.

LA CIUDAD DEL PECADO

El argumento

La novela negra nació en Personville, la ciudad ficticia que Dashiell Hammett rebautizó como Poisonville en Cosecha Roja. Para un amante del género como Frank Miller ese detalle no pasó desapercibido así que, a modo de homenaje, elucubró que Basin City, ciudad de la cuenca sería llamada por sus habitantes Sin City, la ciudad del pecado.
    Si existen los bajos fondos en una ciudad es porque existen altas esferas que los necesitan. Asesinos, ladrones, prostitutas, borrachos y demás elenco de personajes no existirían en una sociedad que precisara de sus servicios. Bien para satisfacer sus vicios, bien por intereses económicos. Una sociedad corrupta lo es a todos los niveles, la única diferencia es que unos no necesitan esconderse y los otros lo disimulan con buenas y educadas formas.
    En ese mundo vive Marv un exmilitar y asesino a sueldo. Un tipo de los grandes. Fuerte, alto y muy corpulento, pero cuyo cuerpo está castigado y cicatrizado por los años de violencia. Su historia en Sin City comienza, sin embargo, con una escena de amor. Llegando a una habitación de un hotel de mala muerte convertida en un verdadero paraíso gracias a Goldie, una belleza despampanante que, pese a ser una prostituta, no le pone precio a esa noche que pasará con Marv. Es más, le dice que lo ama.
    Sexo del bueno y alcohol a lo grande es una gran manera de pasar una noche mágica. El problema llega al despertar. Y no me refiero a la resaca. Al abrir los ojos Marv se dará cuenta que Goldie está muerta. Que ha sido asesinada mientras él dormía su cogorza sin enterarse de nada.
    La única mujer que había mostrado interés por él había sido asesinada a su lado.
    En su cama.
    Unas luces y sirenas le harán comprender que todavía hay algo más. La policía no es tan eficiente como para llegar a la escena de un crimen antes de que alguien la avise. Así que el hijo de puta que había matado a Goldie también quería endosarle el crimen.
    No es que a Marv le importara pasar el resto de su vida en prisión esperando la silla eléctrica. Pero ese hijo de puta había matado a Goldie.
    Y eso no podía salirle gratis, aunque al propio Marv le pudiera salir muy caro.
   Marv se embarcará en la búsqueda del culpable, esquivando a la policía, sacando a golpes la información necesaria, escudriñando los bajos fondos para sacar de su escondrijo a la rata que asesinó a Goldie. Una rata que, por cierto, no vive precisamente allí.


El dibujo

Alguien, refiriéndose al cine, calificó el blanco y negro como algo glorioso. En realidad, en esas películas clásicas, además del blanco y el negro existía una infinita gama de grises.
    En Sin City no.
   En sus páginas, los dos únicos colores son el blanco y el negro. Imaginad lo que ello supone en algo como el contraste y definición de los dibujos. En ausencia de matices cromáticos, Frank Miller se ve obligado a componer las páginas y viñetas utilizando recursos como la luz y la sombra o elementos como la lluvia o los cristales rotos para definir los contornos de cada personaje.
   Además, hablamos de Miller, un maestro de la composición de la página. El resultado es que lo que parece una restricción gráfica, se nos mostrará como una oportunidad para llevar al límite la estética del expresionismo. La historia no solo la cuentan los personajes a través del texto de los bocadillos o los cuadros del narrador, es el propio dibujo el que hace avanzar el relato, y además transmitir en imágenes la tensión de los personajes, su estado emocional.
   Lo mejor es verlo, ¿no?

1. La composición como elemento narrativo

Cada página es algo vivo y cuenta algo distinto. Miller no se ciñe a la clásica página encorsetada en viñetas fijas porque cada una tiene entidad en sí misma, aunque forme parte de una única historia. La riqueza narrativa es enorme. Unas se dividen en dos, otras en tres; algunas incluyen viñetas, otras solo un minúsculo dibujo. Pero cada composición sirve visualmente a lo que quiere trasmitir.

2. La atención a la coreografía

Miller no suele dar consejos, pero en una entrevista afirmó que el secreto de todo dibujante es observar cómo son las cosas en la realidad. No dibujes un zapato con la idea que tienes del mismo en tu mente. Quítatelo, ponlo en la mesa y obsérvalo.
    Si hacemos caso a ello, Miller desde luego se lo pasó bomba mientras dibujaba este cómic, viendo, por ejemplo, cómo era capaz de plasmar cada movimiento de una bailarina de striptease. Esa pulcritud también existe en las escenas de lucha, así que quizá también pasara algún mal rato o viera muchas pelis de acción.

3. La expresividad y exageración del blanco y negro

La figura humana y las expresiones faciales se exageran más allá de la verosimilitud. Y es que Miller no pretende una estética realista, su intención es que el dibujo transmita lo que siente el personaje, tanto emocional como físicamente.
4. El movimiento de un dibujo en papel

Si por algo el cómic es el séptimo arte, el arte secuencial, es porque no se limita a mostrar dibujos más o menos conseguidos. Si no porque los mismos adquieren vida y movimiento pese a tratarse de dibujos en papel. Para ello, Miller se sirve de las líneas cinéticas o el propio diseño de la página.

5. El detalle, cuando toca

Si en la escritura se usan las descripciones para ralentizar la acción, en el cómic este papel le corresponde al mayor o menor detalle del dibujo. Una imagen muy detallada obliga al lector a detenerse en la observación de la misma; por el contrario, un dibujo menos elaborado dispara el ritmo de lectura.

6. El juego de luz y sombra

Básico en un cómic en blanco y negro. El contraste de ambos colores obliga a Miller a buscar la ayuda de elementos como las sombras de las persianas, las luces de los focos de los coches, los pliegues de las ropas… Esto no solo sirve para mostrar a personajes y fondos con nitidez, sino que logra crear una atmósfera muy noir, acentuando la expresividad.


EL UNIVERSO DE SIN CITY

El éxito de ese cómic, o novela gráfica como suelen llamarse ahora, fue tan grande que a esa primera historia le siguieron otras seis que no estaban previstas. Ello supuso que este primer Sin City se retitulara tiempo después como El duro adiós, otra referencia a la novela negra, en este caso El largo adiós de Raymond Chandler.
    Con ello Sin City pasó de ser una historia a convertirse en un universo, en el que cada nuevo título nos mostraría a nuevos personajes. Así, a la historia de la que hemos hablado hoy le seguirían: Mataría por ella; La gran masacre; Ese cobarde bastardo; Valores familiares; Alcohol, chicas y balas; y Ida y vuelta al Infierno.
    Y no solo eso, claro.
    El cine, que hasta ese momento le había deparado más sinsabores que otra cosa, volvía a llamar a su puerta. O más en concreto Robert Rodríguez que le convenció con rodar una película que incluyera tres relatos de Sin City. No se trataba de adaptar el cómic al cine, sino adaptar el cine al formato cómic. Además, le ofrecía ser codirector de la misma y, todavía más, que Tarantino también estuviera involucrado en el proyecto, quizá para devolverle el favor a Miller dado que, seguro, su cómic (1991-1992) le influyó para su Reservoir Dogs (1992) o Pulp Fiction (1994).


Y esto es todo por hoy. Espero que esta entrada os haya servido para aquellos que no leáis cómics a darle una oportunidad a un medio que, sin duda, ha ofrecido y ofrece narrativa negra de muchos quilates.
    Nos vemos en la próxima. Hasta entonces...

Sed muy felices y moderadamente malvados

Por si no estáis saciados de sangre negra os invito a conocer dos novelas que seguro no os dejarán indiferentes. De eso se trata, ¿no?



sobre mi

DAVID RUBIO

Aunque no sea lo mismo que compartir una buena charla acompañada de un café bien negro, te propongo quedar en otros espacios virtuales donde también suelo perpetrar publicaciones. Clica sobre los siguientes iconos o envíame un mail a balasyestrellas@gmail.com.

Comentarios

  1. Hola, David. Pues reconozco que yo estoy en ese grupo de quienes no leen comics pero me has atrapado con este recorrido a través de la obra y estilo de un autor único, desde luego. Me ha encantado lo que cuentas sobre las peculiaridades de dibujar solo en blanco y negro, sin escala de grises, y la técnica y la dificultad que tiene. También me quedo con la frase de que escribir o dibujar bien no es lo mismo que narrar. Una buena narración requiere algo más que no siempre se consigue. En fin, que me has descubierto un mundo que no conocía y que es mucho más complejo de lo que parece. Una entrada genial.

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    1. Gracias, Marta. ¡Qué envidia me das! Si todavía no te has acercado a este medio de ficción, sin duda tienes todo un universo de historias fascinantes por descubrir. Sin City bien puede ser la primera de ellas. La verdad es que si comparo las novelas negras actuales con los cómics de género negro de hoy día, casi me quedo con los segundos. En estos observo en las historias mucha menos "limitaciones" creativas y más valentía y experimentación. No dudes en darle una oportunidad. Un abrazo!

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  2. Hola, David:
    Detallado y refrescante artículo el que le dedicas a “Sin City”. La obra y el autor son unos de mis referentes narrativos y mis debilidades creativas, no sólo en el medio de la Historieta. He escrito tanto en mi blog como en revistas especializadas, diferentes artículos sobre obras “millerianas”; pero la lectura tu ensayo me ha animado a releer –como mínimo– “That Yellow Bastard”, quizá mi obra favorita de mi favorito Miller.
    Un abrazo, David.

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    1. Gracias, Nino! Jo, pues viendo tu bagaje Milleriano, sin duda que valoro mucho más tu comentario sobre esta entrada. Esta es la primera reseña que escribo sobre un cómic y la verdad es que no tenía muy claro cómo encararla. Sobre todo para mostrar el dibujo, la esencia del medio. Yo a Miller lo descubrí un viernes de octubre con apenas 14 años. Ese día estaba en un bar con mi padre y este siempre me daba veinte duros para que me acercara al quiosco a comprarme tebeos. Allí encontré el nº 14 de Daredevil editado por Comics Forum. Me quedé alucinado por la manera que componía sus páginas, tan distinta de la habitual.
      Yo le guardo cariño especial a este primer Sin City, todavía conservo su primera edición una muy grande que en su momento también regalaba una camiseta de Marv.
      Un abrazo!

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    2. Hola, David:
      Tienes una memoria tan efectiva como atractiva es tu narrativa. Te felicito.
      Lo mejor del Daredevil de Miller vino después de ese tebeo que descubriste. Una pena y una vergüenza la manera en la que una editorial tan potente trató esa obra.
      Todo lo contrario que Norma, editorial que ha publicado todo Sin City y lo ha hecho con respeto. Ese recopilatorio en formato álbum es toda una joya (y a precio de tal lo vendía Norma).
      Un abrazo, David.

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    3. Gracias, Nino. Creo que Forum no llegó a editar Sin City. La primera edición en un formato muy grande y con camiseta fue Norma. Ese es el ejemplar que todavía conservo. La que sí tuvo una primera edición lamentable fue Born Again, que se publicó por primera vez como complemento de la colección de Spiderman, sirviendo de relleno a esas páginas de diferencia entre el comic book americano de 24 pags y la edición española de 32. Afortunadamente, pocos años después Forum recuperó Born Again en un tomo al estilo de Novela gráfica. Un abrazo!

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  3. Hola David. Yo leía comics en mi juventud pero reconozco que he dejado atrás ese mundo. Tal vez estoy un poco familiarizado con el mundo del dibujo porque mi hermano si se dedica a eso y ha participado como dibujante (animador, que ahora todo va por ordenador en el mundo del cine) en varias películas, algunas de renombre como "Planet 51", "Frankiwinnie" o ya en el mundo del Stop Motion "O Apóstolo" por ejemplo. Todo arte tiene sus trucos y me ha encantado sumergirme en ese compendio de técnicas de contrastes, perspectiva, trucos para hacer ganar velocidad o ralentizar una escena o para potenciar la sensualidad femenina (para la masculina los habrá también). Una entrada bien documentada, como nos tienes acostumbrados, que ahonda en la historia del género y profundiza en la figura de Miller, que da gusto leer. Un abrazo.

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    1. Gracias, Jorge. Ostras! Pues esa Planet 51 me encantó cuando la vi. Creo que una de las mejores que se han filmado en España. En el tema cómic realmente soy muy tradicional y reconozco que donde se ponga el trazo humano, que se quiten los atrezzos digitales. Estos pueden dar acabados más realistas, pero esa perfección es lo contrario a la narración. Basta ver cómics de los setenta y compararlos con los más actuales, que abusan de lo digital, para darse cuenta que unos transmiten y los otros son meras colecciones de ilustraciones de cartón piedra.
      Es mi primera reseña de un cómic y me parecía que era imposible hablar del mismo sin comentar su esencia: los dibujos. Sin duda que si tienes oportunidad de leerlo en directo, podrás disfrutar de su dibujo y de cómo integra el texto con el mismo. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo!

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  4. Aquí un lector de cómics, especialmente de todo lo de miller, todo lo de daredevil, sin importar autor ni dibujante, y todo lo de Alan Moore. Este último maestro de ña historia a contar y miller maestro de cómo contar.
    Lo de arte secuencial no creo que tuviera el sentido que tiene ahora, sntes de millar. Sin city es la culminación de la composicion, y batman la de la narracion y donde toma todo su significado lo de arte secuencial, con aquellas miniviñetas encadenadas sin diálogo.
    El cómic es la mezcla de la narrativa y el cine añadiendo ña imagen que la falta a la primera y quitando lo que le sobra al segundo. Y un buen ejemplo es sin cita
    Abrazo, david

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    1. Gracias, Gabiliante. Caramba! Desde luego esto hace bueno aquello de que Dios los cría y ellos solos se juntan, je, je, je... En una semana veo que coincidimos tanto con Los puentes de Madison como con Miller y Daredevil... Y por supuesto con el gran Allan Moore, cuyo From Hell tarde o temprano aparecerá en el blog.
      Lo de arte secuencial es un término que acuñó Will Eisner, creo, para definir al cómic como una narración con imágenes. Imágenes que lógicamente no tienen la continuidad de una película, sino que las secuencias se suceden "salteadas" pero que el lector percibe su movimiento en su cerebro.
      De Daredevil, como de casi todos los superhéroes Marvel, creo que lo tengo todo hasta el año 2000 más o menos. Desde entonces soy más selectivo. Daredevil en concreto me atrapó gracias a Miller. Recuerdo perfectamente cuando leía sus comics con grapa siendo adolescente y cómo me entusiasmaba con su dibujo lleno de tramas y, por qué no, con el entintado de Klaus Janson, menudo tándem. Un abrazo

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  5. Y supongo que ya conoces un episodio suelto de daredevil-miller, titulado "ruleta", de los inicios. Sino, para recomendartelo.
    El "sin cita" de arriba es Sin City, obviamente

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    1. Gracias, Gabiliante. Creo que era aquel en el que jugaba a la ruleta rusa con Bullseye, ¿verdad? Jo, ya me has dado plan para recuperar su lectura este finde. Un abrazo!

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  6. Me da verguenza escribir que no he leído Sin City o la Ciudad del Pecado y que en cambio he visto la película, siendo un consumidor moderado de comic, en crecimiento en la actualidad. En resumen que soy más de Alan Moore o de Neil Gaiman que de Frank Miller. Lo que si soy es un amante del genial Will Eisner, el padre de la novela gráfica y su Spirit del que nunca me canso.
    He compartido tu entrada :)
    Un abrazo, David

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    1. Gracias, Doctor. En primer lugar, te agradezco que hayas compartido esta publicación. Así entre nosotros, la verdad es que la película no me gustó demasiado. La intención era adaptar el cine al mundo del cómic y, además, unieron en ella tres historias distintas de la serie. No sé, leí primero los cómics y sin duda me gustaron más.
      Moore es un genio absoluto, Gaiman me gusta con moderación, dependiendo de cómo estén mis gustos de fantasía, Eisner es un maestro siempre. Además de The Spirit que es una maravilla estética, sus novelas gráficas como Contrato con Dios son la leche. Un abrazo

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  7. Hola David,
    Excelente artículo, como de costumbre. Aunque no llegué a leerlo, conocía este autor y esta obra por haber leído muchas reseñas y comentarios sobre la misma. No en vano, hace algunos años tuve una época bastante larga en la cual era, exclusivamente, lector de cómics (llegué a tener tantos que, literalmente, no me cabían en casa). Ahora, sin embargo, solo leo libros y novelas, pero tengo la intención de ir intercalando, de vez en cuando, alguna buena novela gráfica. De hecho, tengo en mis estanterías, pendientes de leer, dos buenos exponentes del género negro en el cómic, como son "The Fade Out" de Ed Brubaker y Sean Phullips, y el magnífico integral "Torpedo 1936" de los españoles Sánchez Abulí y Bernet.
    Un saludo!

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    1. Gracias, Antonio. Jo, mencionas dos pedazo de obras maestras. No hace mucho leí The Fade Out y es algo espectacular. Aprovecho para quienes no se han acercado al medio para que se hagan con esa novela gráfica y avanzo que será reseñada en el blog en el futuro. Esos dos autores son la bomba.
      Siempre he leído cómics, de hecho, aprendí a leer con ellos y gracias a ellos luego me aficioné a la literatura. Ahora los compagino indiscriminadamente. Te recomiendo que recuperes ese hábito. De hecho, el cómic actual ofrece a mi parecer historias mucho más frescas y sorprendentes que las novelas de hoy día. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo!

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  8. Hola, David, una cosa es escribir y otra narrar. Leerte cuando presentas a un autor y su obra es siempre un lujo. Lo tuyo debe ser narrar porque atrapas al lector de principio a fin. Aunque de pequeña leía los cómics de mi hermano, pasé de aquello en cuanto me involucré en la lectura de novelas. Mira todo lo que me perdí que, todo lo que nos has presentado, ha resultado novedoso para mí. Las imágenes en blanco y negro tienen una fuerza bestial.
    Un abrazo!

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    1. Gracias, María Pilar. Te agradezco tus palabras, mis entradas no suelen ser cortas y siempre me preocupa pensar que resulten un peñazo. Intento redactarlas en modo conversacional, como si fueran un relato que contara a alguien mientras nos tomamos un café. Te recomiendo que te acerques al medio, te vas a llevar una gran sorpresa. Diría que entrar en una tienda de cómics me ofrece hoy día lecturas mucho más sugerentes que lo que suelo encontrar en La casa del libro o en los centros comerciales.
      Miller dijo en una ocasión que la producción de tinta se había disparado con sus cómics, por el uso que hace de ella. Un abrazo!

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  9. Es un lujazo leer. Pena que mi historia con el cómic es cero patatero, pero lo leo con igual interés

    Muchas gracias por compartir tantas y tantas cosas interesantes. Un fuerte abrazo

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    1. Gracias, Maripau. Pues como he ido comentando te recomiendo que un día pases por una librería de cómics, una tarde por el llamado triángulo Friki en Arco del triunfo. Allí vas a descubrir un maravilloso universo de ficción por explorar. Un abrazo!

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  10. Hola, David.
    Por una vez me gusta la evolución de la nomenclatura de cómic a novela gráfica aunque los dos términos comprendan una forma de narrar única. En lo personal me quedé en los cómics animados de Mortadelo, Zipi y Zape, Carpanta, etc. Aunque desde luego si tuviera que elegir uno ya de adulto sin duda sería el de Sin City. De hecho, que mejor lugar para vivir que la ciudad del pecado je, je. Está claro que el autor es un maestro del dibujo y de la narrativa. Por cierto, ese último dibujo que subes o incluso parte de las ilustraciones creo que tienen clara influencia del cine negro clásico y en especial de Gilda y todo su iconografía tan sensual. ¡Magnífica entrada!
    Un fuerte abrazo.

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    1. Gracias, Miguel. Para los que llevamos toda la vida leyendo tebeos quizá nos da igual la nomenclatura. Tebeo, cómic, novela gráfica... quizá esto tiene más que ver con la idea de darle valor al medio. En España se asociaba demasiado el término tebeo a historietas para niños. Quizá en su momento fue así, pero te aseguro que hoy día el medio ofrece lecturas para todos los públicos y con una variedad y frescura que diría supera al mercado más comercial del cine o la literatura.
      Como bien has visto, Miller estuvo muy influenciado por la estética del cine negro norteamericano más clásico y ello es evidente en sus dibujos como esa "Gilda" que mencionas. Un fuerte abrazo de vuelta!

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  11. Magnífica entrada, David. Yo no soy mucho de cómic, pero recuerdo haber ido a ver la película von mi hijo adolescente. Recuerdo a Bruce Willis y recuerdo que o todo era blanco y negro. Había al menos unos tonos sepia muy bonitos.
    Es genial esa respuesta de Frank Miller. Le entiendo perfectamente. Creo que ser asesino en serie, de manera imaginaria, es muy tentador.
    Una entrada muy trabajada y muy interesante.
    Un beso.

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    1. Gracias, Rosa. Pues me temo que en la entrevista que vi, lo dijo muy en serio, je, je, je... así que no sé qué hubiera pasado si no hubiera tenido éxito como dibujante de cómics. Fíjate en lo que acabó el fracaso pictórico de Hitler.
      El cómic supera en mucho a la película, a mi modo de ver. Estéticamente es llamativa, como sucedió con 300 otra obra maestra de Miller. Pero es que leerlo en papel es la leche. Un abrazo!

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  12. Hola, David! Yo tampoco soy de leer cómics, pero reconozco que es un universo apasionante. Hay mucha ciencia detrás, mucha lógica que potencia la imaginación del lector. Me gustan las películas de acción de dibujos, no necesariamente de manga. En ellas, aunque se pierda realismo, se gana en escenas más auténticas y para nada forzadas o impostadas. Y las posibilidades son infinitas.
    Sin City la conozco de la película que nos cuentas. Es impactante, a parte de lo que cuenta, del cómo, con esos juegos de blancos y negros y la introspección. De lo visto en el cómic, me parece que estuvo muy conseguida, cómic que, visto lo expuesto, me ha picado. El punto de vista de cada viñeta es un doble juego con el que el autor trata de meternos en la atmósfera, y vaya si lo consigue.
    Genial entrada, David, me ha gustado mucho!
    Un abrazo!

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    1. Gracias, Pepe. Ya imaginaba que para muchos este medio del cómic era un tanto lejano, así que me propuse explicar con imágenes la grandeza de esta forma de narrar historias. Y es que en definitiva se trata de eso: narrar. Los peores cómics actuales suelen pecar del abuso de los efectos digitales y de su supuesta perfección. Un cómic es algo más que una sucesión de ilustraciones bonitas. Un cómic cuenta una historia y esa historia debe narrarse con imágenes, aunque tenga el apoyo de los bocadillos y los cuadros del narrador. Para ello el dibujante debe saber transmitir emociones y en ocasiones eso no se consigue digitalmente. Como siempre, cualquier tiempo analógico fue mejor, je, je, je... Un abrazo!

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  13. No soy lector de comics, pero no me ha impedido gozar de la entrada que nos has regalado, David. Qué bien estructurado, con la bio de Miller al principio para ponernos en situación y luego centrándote en Sin City. Vi la peli y me encantó. Gran trabajo, compañero.
    Un abrazo.

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    1. Gracias, Pedro. Nunca había elaborado una reseña de cómic así que utilicé el esquema suelo usar en las convocatorias del tintero de oro. Biografía del autor hasta el momento de la obra homenajeada, para ver un poquito por qué llegó a ella. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo!

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  14. Hola, David. Aunque ahora no leo apenas cómics sí fui un gran consumidor de ellos durante mi etapa de instituto. Recuerdo mucho una tienda especializada ya desaparecida que se llamaba Elektra Cómic, en la calle Zaragoza de Sevilla. De siempre me atrajo la figura de Batman y me puse a comprar sus aventuras cuando casi todos, en ese momento, tiraban por lo mutante, como la Patrulla X. Pocos cómics conservo de esa época aunque guardo como oro en paño los tres que se corresponden al Año Uno de Miller y Mazzucchelli. Y es, como tú bien has dicho, más una novela de género negro que que superhéroes.
    De Miller después conocí Sin City, aunque reconozco que me llegó a través de la fantástica película de Robert Rodríguez (la segunda parte es un poco peorcilla pero sigue siendo estéticamente impecable). No voy a hablar de ellos pues creo que tu análisis es perfecto. No le falta ni una coma.
    En fin. Tu entrada me ha traído de vuelta muchos recuerdos olvidados en el trastero de mi cabeza. Me ha encantado leerte.
    Un abrazo fuerte.
    P.D.: Junto con el Batman Año Uno, aún conservo los 32 primeros números de la serie Transformer (hacia 1984). Qué recuerdos.

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    1. Gracias, Bruno. ¡Tienes que caer de nuevo en ese vicio que es leer cómics! Yo a mis cincuenta tacos y todavía leyendo tebeos... sin tirar ninguno, así que imagínate cómo tengo la estantería entre cómics y novelas. Batman vendrá a este blog sí o sí. No en vano su primera aparición y colección fue Detective Comics, y dentro de los cientos de registros del personaje, su perfil detectivesco es uno de mis favoritos. Por ello celebro la última adaptación al cine, que ha sabido centrarse en ese tono de una manera excepcional.
      Reconozco que la adaptación de Sin City me resultó llamativa estéticamente, pero poco más. No me llegó al corazón de la misma forma que lo hizo el primer Sin City que es el que he reseñado. Una historia brutal. Un abrazo!
      PD. No lo conservo hoy día, pero sí que un par de los Transformers editados por Cómics Forum cayeron en mis manos, y hasta alguno de Indiana Jones. ¡Ay! Cuánto disfrute de aquella época, de hecho, en un par de números de Spiderman aparecen dos cartas mías en la sección cartas al editor. Un abrazo!

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  15. Hola David, me ha resultado muy interesante esta entrada. Debo confesar que hace mucho que no leo cómics, pero me ha impresionado mucho el trabajo de Frank Miller. Gracias por tanta información y por enseñarme algo nuevo hoy. Saludos.

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    1. Gracias, Ana. Pues te animo sin duda a que redescubras este medio de ficción, casi te diría que en lo que a novedades se refiere, me ha deparado más satisfacciones literarias que las novelas más actuales. Creo que en él todavía hay cierto grado de libertad creativa que en los escritores actuales. Un abrazo!

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  16. Hola, David, lo cierto es que este blog se está convirtiendo en una escuela. ¿Ves lo que pasa cuando uno tiene un don especial? Puedes crear cinco blogs diferentes, y todos serán escuelas, cada uno en su género, como lo ha sido, y es el Tintero. ¿Y sabes porqué son escuelas, verdad? pues si, porque aunque no te guste el término, eres un maestro.

    Leí cómics como la mayoría en mi infancia y adolescencia, pero no me decanté por los que mencionas, sólo Batman, El avispón verde, Fantomas, creo que así se llamaba (¿o era el fantasma?), y otros que ni recuerdo, los demás eran más ingenuos...
    Pero has dado una muy interesante y nutrida lección de cómics, sus dibujos, escritores... Aunque te confieso, que ahora no me imagino "en ese way", como decimos por acá, ja, ja.

    Por cierto, casi imagino a Miller siendo un excelente asesino en serie, y dejando en cada crimen, un dibujo a manera de acertijo, o de venganza por rechazarlo como dibujante, y el primero seria ese Neal Adams..., se salvó por los consejos que le dio, ja, ja..
    Creo que vi "Sin City" la película, pero casi no recuerdo nada de ella. por el título se que la vi, eso si lo recuerdo...

    Que siga la diversión, y la diversidad de este mundillo del crimen, del género negro, del cómics, y todo lo que se vaya sumando en el transcurso, nosotros, muy agradecidos seguiremos leyendo y aprendiendo de tus escritos y publicaciones.

    Un feliz fin de semana para ti, David.

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    1. Gracias, Idalia. Te agradezco muchísimo tus palabras. En realidad, en esto de los blogs tengo una máxima: qué clase de blog me gustaría encontrarme en la red según mis gustos y aficiones. Con eso en la cabeza todo es más fácil, porque nada hay más sencillo que escribir algo que a uno le gustaría leer. Eso no quiere decir, ni de lejos, que se haga bien o que uno cometa más errores que una escopeta de feria, pero intento que el miedo al error, a equivocarme no me paralice. Si lo hacemos, jamás haríamos nada.
      También es verdad que a veces pienso que mis artículos son muy largos para lo que se estila hoy día, que quizá debería hacerlos más cortos y con lo que aparece en uno publicar cinco entradas. Pero luego me digo que si a alguien le interesa no creo que la cosa vaya de unos tres o cuatro minutos más de la cuenta.
      Bueno, que me enrollo, ja, ja, ja... Ojalá siga la diversión, como dices, pronto llegan las vacaciones y desconexión digital en mi caso, tengo varias ideas a ver si logro materializarlas. Un abrazo

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  17. Hola David, qué importante es no rendirse nunca y perseguir tus sueños y qué importante es ser testarudo, a veces... Creo que los cómics juegan un papel muy importante en la literatura, porque hacen nuevos lectores y consolidan otros. Los cómics deberían ser lectura obligatoria en el cole para que los niños se aficionasen a leer (yo misma me aficioné a la lectura en mi infancia gracias a ellos, aunque los descubrí yo solita en la biblioteca de mi pueblo) e, incluso, ¿por qué no?, que los dibujaran y escribieran, porque nunca se sabe dónde puede estar un talento escondido. Luego ya, de adultos, que cada uno lea lo que quiera, porque la base ya la tendrán.
    No soy lectora de cómics habitual, pero sí de vez en cuando leo alguno, para llenarme de arte, de imágenes mezcladas con literatura, solo con el ánimo de pasar un muy buen rato.
    Genial artículo, David. Gracias por la información.
    Un abrazo. :)

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    1. Gracias, Meche. Lo has clavado. ¿Cómo vamos a enganchar a la lectura a adolescentes de 14 años mandándoles leer La celestina y, además como en mi caso, en castellano antiguo? Es de locos y a veces pienso que en realidad lo que se quiere es que nuestros niños se pasen el día enredando en las RRSS en lugar de leer para hacerlos así más controlables.
      En mi caso no es que me aficionara a la lectura leyendo cómics, es que aprendí a leer con ellos. Con Mortadelo, El guerrero del antifaz, Spiderman y todo lo que pudiera conseguir en el quiosco de la esquina. Ni novelas, ni cuentos ilustrados para niños, ni gaitas... Cogía mi tebeo y le decía a mi madre que me lo leyera y ella pasaba el dedo por el bocadillo para que supiera por dónde iba. Y yo memorizándolo todo para luego recordarlo a solas.
      Te animo a que redescubras este medio, ya he comentado que en lo referente a novedades, encuentro más estimulantes las cosas que leo en cómic que las que se publican en novela. Un abrazo!

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  18. De jovencilla leí algunos cómics de Hellblazer, Moebius, Schulten y Peters, y por supuesto el imprescindible Tintín, y otros muy buenos de la biblioteca de autores que ya no recuerdo. Tu magnífico artículo me ha hecho reencontrarme de nuevo con el cómic, indagar en Miller. Inspirada por tu artículo, he leeído “El duro adiós” y me sorprende esa calidad de los dibujos que has señalado, ese asombroso expresionismo; esa fuerza emocional en de los encuadres, las tintas puras, que me ha recordado algo al cine de Orson Wells (por cierto, el cómic está literalmente reproducido en la película de Rodríguez).
    La parte gráfica es la que más me fascina del cómic; es algo único, aunque si la historia no acompaña se queda perdida. Desde luego, el cómic es un arte, un placer; seguiré leyendo más...
    Un abrazo

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    1. Gracias, Maite. Sin duda has nombrado varios maestros del género. Miller era un fanático del cine negro clásico y este fue el mayor inspirador de la serie Sin City. Me gusta ese paralelismo con Welles cuya mirada y encuadres son revolucionarios incluso vistos a día de hoy, ver Sed de mal o Ciudadano Kane creo que desde luego sorprende todavía, te da sensación de ver algo distinto, algo que el tiempo quizá hace todavía mejor.
      Reconozco que la película no me impactó de la misma forma, como experiencia estética mola, pero creo que cada medio tiene sus propias reglas. Como he comentado en la entrada quisieron adaptar el cine al cómic, desde luego lograron algo distinto, pero creo que de una belleza más estética que narrativa. Me alegra que te haya gustado este homenaje. Un abrazo!

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    2. Siempre me despiertan especial simpatia aquellas personas que han triunfado en su campo, y que en sus inicios por suerte no hicieron caso de aquellos que no supieron valorarlos! Un abrazo David!

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    3. Gracias, Marifelita. En realidad, pienso que nadie lo tiene fácil, al menos los que triunfan de verdad, no los que dan un pelotazo afortunado. La pena son el 99% que quizá también lo merecen y que no tuvieron esa suerte. Un abrazo!

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