LAS NUEVAS MÁQUINAS DE LA VERDAD | Buscando la mentira en la voz, los ojos... y el cerebro

Soy de los que piensa que la sinceridad está muy sobrevalorada. ¿Os imagináis un mundo en el que no existiera la mentira? Los que hayáis respondido con un “ojalá” es que no lo habéis pensado bien. Como vimos en la anterior entrada , en el s. XX fue el polígrafo, el detector de mentiras más popular, aunque su eficacia para tal fin sea más que cuestionable y eso llevó al invento a ser calificado como pseudociencia. Pero eso no significa que los científicos hayan cejado en su empeño en pos de la verdad. LAS NUEVAS MÁQUINAS DE LA VERDAD

PACTO DE SANGRE de James M. Cain


Jim Thompson, componente de la Santísima Trinidad de escritores de novela negra, dijo en cierta ocasión que había 32 formas de contar una historia negrocriminal. Algunos las reducen a seis, tomando como base las preguntas del ¿Quién? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Qué? ¿Dónde? En mi humilde opinión y, según mi experiencia, un crimen solo se tiene dos historias.
    La primera cuenta los hechos, los problemas personales y, finalmente, las decisiones que irremediablemente tienen en el crimen su consecuencia final. En ella predominan los deseos y anhelos de quienes creen que su vida cambiará para bien una vez ejecutado el acto criminal. La segunda historia, la que acontece tras la comisión del delito, narra la culpa, el remordimiento y la ansiedad por ser descubierto, iniciando el juego del escondite entre dos grupos de participantes: delincuentes e investigadores.
    Quien les habla pertenece a este segundo grupo.
    Mi nombre es Carlos Martini. Soy inspector jefe de la recién formada Unidad de Homicidios de San Adrián y un enamorado de la novela negra. Quizá eso es lo que haya animado al administrador de este blog a pedirme mi colaboración en esta sección de reseñas.
    Algo que agradezco, aunque también me abruma. Ojalá sea capaz de trasmitirles mi pasión por la novela negra y los anime a sellar con ella un pacto de sangre.

PACTO DE SANGRE de James M. Cain

Precisamente, así es como Jorge Luis Borges y Bioy Casares tradujeron al español la obra maestra por la que me he decantado para iniciar los Archivos del Crimen. No fue esa la única traducción de esta historia puesto que para la mítica adaptación cinematográfica de Billy Wilder se les ocurrió un título tan vago como Perdición.
    Desconozco qué tenía de malo el original Double indemnity —Doble indemnización, en traducción literal— pienso que es un título perfecto y con un doble sentido. Por un lado, se refiere a cierto seguro de accidentes cuya cobertura se duplica en el caso de producirse en un tren; por el otro, sugiere el doble premio que recibirá Huff una vez desaparezca el marido de Phillis: Dinero y amor.


1936, EL AÑO EN QUE SE PUBLICÓ… PACTO DE SANGRE

Dicen que podría comprenderse una sociedad y época concreta solo analizando los crímenes que se cometían en ella. Creo que también puede extenderse a la literatura. Y para ello nada mejor que el llamado Hard Boiled, la nueva manera de contar una historia criminal que tuvo en Dashiell Hammett su padre fundador y en James M. Cain uno de sus alumnos aventajados.
    Los años treinta fueron tiempos convulsos en Estados Unidos y en el mundo. En el año 1929 los alegres años veinte colapsaron trayendo la Gran Depresión. Por otro lado, la ley Seca no solo fracasó en su intento de hacer desaparecer el alcoholismo de la sociedad, sino que provocó el auge del crimen organizado. El resto del mundo no andaba mejor, ni de lejos. Europa se preparaba para el mayor conflicto bélico de la Historia, Stalin afianzaba su sistema totalitario, China, Japón… Como ven, hoy no estamos más cerca del Fin del mundo de lo que hemos estado siempre.
   En una crisis económica, el móvil de la criminalidad suele centrarse también en lo económico y delitos como las estafas, atracos o contrabando son los que ocupan el día a día policial. Por supuesto, también los asesinatos por beneficio económico, bien sea para recibir una cuantiosa herencia o una jugosa indemnización de algún seguro de vida. De hecho, las aseguradoras debieron implantar el llamado período de carencia de un año en este tipo de pólizas, creyendo que un año era demasiado tiempo para que el tomador mantuviera cualquier propósito oscuro como el suicidio o el asesinato.
Esta clase de asesinatos también fueron los predominantes en la novela negra de este período en detrimento del crimen más irracional de los asesinos seriales, sectas, racismo o perturbados sexuales.

James M. Cain no solo sabía escribir novela negra, sino que también conocía el negocio de los seguros.
En este contexto, el 15 de febrero de 1936 se publicó en la revista Liberty el primer capítulo de la novela por entregas titulada Double Indemnity, escrita por el autor de El cartero siempre llama dos veces.


EL TIPO QUE TECLEÓ LA HISTORIA… JAMES M. CAIN

Un tipo que se apellida Cain tarde o temprano está abocado a relacionarse con el crimen, si me permiten el mal chiste. James nació en una familia de origen irlandés el 1 de julio de 1892 y la verdad es que no se pudo quejar, dado que tuvo una infancia holgada económicamente y, además, culturalmente. Eso le hizo ser el listillo de la clase y acelerar su carrera académica.
    Fue al terminar sus estudios cuando dejó su papel de empollón y se entregó a la fiesta y a dar tumbos en sus primeros trabajos. Le faltó constancia como profesor; seducción como vendedor de pólizas de seguros o máquinas de escribir; y, a juicio de la madre, talento alguno para la música, algo a lo que quería dedicarse.
    Lo único que se le daba bien era escribir. No solo por su sólida formación académica, sino por la atracción que sentía por el habla común de la calle y con ello supo encontrar un estilo claro a la par que directo que le llevaría al hábitat en el que sí sabía desenvolverse como pez en el agua: el periodismo. Allí destacaría con artículos satíricos y bastante punzantes contra cualquier la autoridad.
    En 1927 contrajo matrimonio y, además, escribió su primer cuento Pastorale, en el que se sirvió del humor y la ironía para narrar un asesinato. Algunos dicen que fue su mejor historia y, como curiosidad, usó un narrador/escritor ficticio que acostumbraba a compararse con el propio Cain. 
    Intentó varias veces convertirse en guionista de Hollywood. Jamás lo logró. Extrañamente todos sus guiones fueron rechazados, entre ellos el de la película Los diez mandamientos, algo que me llamó la atención.
Hollywood es veneno para cualquier escritor, una tumba para el talento.
Raymond Chandler
    Finalmente, en 1934 lograría un bombazo comercial con su primera novela, en sus palabras una pequeña fábula, El cartero siempre llama dos veces. Le dio dinero para comprarse una casa en Beverly Hills y tiempo para escribir su siguiente proyecto: una novela por entregas inspirada en un caso real en el que un hombre era asesinado por su esposa para el cobro de una póliza doble de accidentes.

James M. Cain utilizaría el mismo estilo intenso y psicológico que en El cartero siempre llama dos veces, aunque la trama estaría más centrada en las motivaciones y sensaciones de los personajes que en el juego de pistas detectivesco.


LA NOVELA

MI OPINIÓN

Al inicio de esta entrada les comentaba que, para mí, un crimen tiene dos historias, la que cuenta cómo se llega a él y la que cuenta lo que viene después. Lo que más me gusta de esta novela es que recoge las dos en solo catorce capítulos y con una extensión que la acerca más a la novelette que a la novela de tropecientas páginas que hoy está tan de moda.
    También me alivia el hecho de que la trama no sea un misterio, dado que no estoy acostumbrado a reseñar y temo que en alguna ocasión me exceda contando demasiado. En este caso, no. En el primer capítulo ya se sugiere el meollo del asunto, narrado por el propio Walter Huff, un vendedor de seguros que conoce a un femme fatale llamada Phillis que, además, está casada con un marido adinerado ya madurito. Lo importante en la novela no es saber el destino del pobre señor Nirdlinger, sino asistir in situ al espectáculo de cómo dos desconocidos parten de un deseo apenas insinuado a un meticuloso plan casi perfecto. Esa es la primera historia, la que nos cuenta cómo se llega al crimen.

    La segunda, es todavía mejor. En ella aparecen las consecuencias del crimen. Y no me refiero solo al miedo por ser descubiertos o capturados, sino al componente psicológico de los personajes que nos los muestra tan humanos como cualquiera. Y es que demonizar al criminal no tiene más sentido que el de servir de terapia para la sociedad. Instintivamente apartamos al asesino del género humano, negándole cualquier rasgo de humanidad. Es comprensible, se lo digo yo que también he caído en ese error, pero no es exacto. El peor de los asesinos comparte los mismos rasgos que cualquiera de nosotros. Sufre, padece y siente como cualquiera. Quizá eso es lo que más nos aterra: comprender que cualquiera de nosotros, los buenos, con las circunstancias apropiadas también podríamos cometer un crimen.
    De hecho, ninguna persona es un estado permanente, sino un flujo de emociones, anhelos, inquietudes y sentimientos. Les aseguro que a muchos de los criminales que he encerrado, pasado el tiempo, ni yo mismo era capaz de reconocerlos como la misma persona que detuve.
    Eso lo supo plasmar magistralmente James M. Cain en esta novela, además de servirse de un estilo narrativo visual y directo, propio de la manera americana de narrar novela negra. Un estilo en el que, no podía ser menos, también destacan los diálogos que además de impulsar la acción, se muestran llenos de picardía y segundas intenciones, algo que se agradece y que lamentablemente cada vez se estila menos.

LOS PERSONAJES

Los personajes centrales son la pareja de villanos y el personaje que ejerce de detective. Junto a este elenco aparecen otros, pero solo como función:

WALTER HUFF

Es el típico listillo, el tipo sobrado de desenvoltura social y seguro de sí mismo. Todo un comercial de aspecto impecable y control de la situación. Sin embargo, su debilidad son las mujeres y cierta tendencia a la autodestrucción.
No podía engañarme acerca de sus intenciones, y menos después de quince años en el negocio de seguros. Aplasté el cigarrillo para levantarme y salir. Tenía que salir de allí, olvidándome de aquellas renovaciones y todo lo demás, como quien huye del fuego. Pero no hui. Ella me miró un poco sorprendida, y su cara estaba a unos quince centímetros de la mía. Lo que hice fue abrazarla, atraer su cara hacia mis labios, y besarla en la boca, con fuerza.

PHYLLIS NIRDLINGER

La femme fatale por antonomasia. Una maestra en el arte de la manipulación de quienes la rodean para poder así conseguir sus propósitos. Pero estos propósitos son mucho más que el puro interés económico.
No tengo ningún motivo. Me trata todo lo bien que un marido puede tratar a una mujer. No lo quiero, pero nunca me ha hecho nada. Pero voy a hacerlo, que Dios se apiade de mí, voy a hacerlo.

BARTON KEYES

Es un inspector de seguros experto y con un olfato para el fraude altamente desarrollado. Un tipo cuya biblia es el reglamento laboral y para quien no existe pecado mayor que la inobservancia negligente de sus normas. Es quien adopta el papel de investigador en la novela, dado que el papel de la policía es casi irrelevante.
No puede uno decir que hoy es martes sin que Keyes mire el calendario, y luego se fije si es un calendario de este año o del año pasado, y después averigüe qué compañía lo imprimió y si concuerda con el World Almanac

LA ADAPTACIÓN AL CINE

En 1944 se estrenó su adaptación al cine, de la mano del maestro de maestros Billy Wilder y, además, con guion de Raymond Chandler. Si añadimos a Fred McMurray, Barbara Stanwyck y Edward G. Robinson desde luego la película no podía ser otra cosa que una obra maestra absoluta.
Sin embargo, la película no estuvo exenta de problemas. Me refiero a ese cáncer permanente que es la censura. Cada época renueva sus censores según la moral imperante. En unas épocas son los de mente más conservadora, en otras los más progresistas, pero siempre hay guardianes de la moral y las buenas costumbres. En este caso, la censura provenía del ala puritana más conservadora, representada por el código Hays, un sistema que establecía qué podía y qué no podía exhibirse en una sala de cine. Al parecer, Double Indemnity contenía un asesinato y un adulterio, y eso no era apropiado para el cándido espectador y, el primer intento, justo un año después de la publicación de la novela, fracasó.
Tuvieron que pasar seis años para que la historia cayera en manos de Billy Wilder y Raymond Chandler quienes supieron adecuar al guion a ese código moral, sin perder la esencia de la historia. Por supuesto, cuando compraron los derechos el riesgo seguía existiendo y esa fue la razón de que James M. Cain recibiera 15000 dólares por sus derechos y no los 25000 dólares que ofreció seis años atrás la Metro Goldwyn Mayer.
La película tiene algunas diferencias respecto a la novela. Las menos trascedentes son el cambio de nombres. Les prometo que no sé qué  razón llevó a que Walter Huff pasara a ser Walter Neff, o que el señor Nirdlinger pasara a ser señor Dietrichson. Más enjundia son las diferencias respecto al final y la relación de Walter con la hijastra de Phillis.
Pero esto ya sí que sería un spoiler.


Si te apetece leerla puedes adquirirla aquí:


Me despido de todos ustedes hasta la próxima. Espero que sepan disculpar mi inexperiencia en estas lides de reseñar novelas y, por supuesto, les agradezco su atención y tiempo para con este servidor. El administrador del blog me ha pedido que les diga de su parte...


Sed muy felices y moderadamente malvados








Tal vez les interese conocer una de las novelas negras más polémicas de la historia. Hoy sería lapidada en las redes sociales de lo políticamente correcto; en su momento fue censurada, prohibida y su autor condenado al pago de una multa. Hablamos de Boris Vian y Escupiré sobre vuestra tumba

sobre mi

DAVID RUBIO

Aunque no sea lo mismo que compartir una buena charla acompañada de un café bien negro, te propongo quedar en otros espacios virtuales donde también suelo perpetrar publicaciones. Clica sobre los siguientes iconos o envíame un mail a balasyestrellas@gmail.com.

Comentarios

  1. Pues menuda colección de colaboradores va teniendo este blog, jeje. Una reseña estupenda, la del señor Martini, muy bien situada en el contexto histórico y llena de apuntes y reflexiones que incitan a leer la novela. Yo aún la tengo pendiente pero sí ví la película en su momento y desde luego es una obra maestra del género negro. Mil gracias por la recomendación, David. No, no, señor Martini, perdón 😉

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    1. Encantado de conocerte, Marta. Que no se diga que en este blog no se echa la casa por la ventana, ja, ja, ja... Me animas con tu comentario, esta es mi primera reseña y tus palabras me animan a seguir colaborando con este blog. Te mando un abrazo.

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  2. Para ser un inexperto en reseñar novelas, usted, inspector Carlos Martini, se desevuelve como pez en el agua en esto del género negro. Primero por su extenso conocimiento de autores, casos y personajes, tanto en novela como llevados al cine. (A mí me ha llevado un par de veces a la Wikipedia para ubicarme). Y segundo, lo que me ha parecido muy importante es esa manera suya de encajar los crímenes con sus causas y consecuencias en la sociedad de la época en la que se daban. Con el cartel: "Ocurrió en el 1936" ya nos pone en antecedentes. Me ha gustado, Sr. Martini. No le digo que me vaya a convertir en una fan del género, pero sí que seguiré sus investigaciones. Siempre está bien abrir la mente a nuevos horizontes, ¿no le parece?

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    1. Encantado de conocerla, María Pilar. Agradecido quedo por sus palabras, soy muy aficionado al género, pero una cosa es disfrutar de la lectura y otra explicarla o comentarla. Lo de contextualizar la novela tiene un punto de inseguridad, por aquello de acumular contenido, y otro de deformación profesional: todo ocurre en relación con algo. Y cada sociedad y contexto cuenta con sus propios crímenes. Le animo con la lectura de este género y para ello nada mejor que esta novela de James M. Cain que estoy seguro le encantará. Siempre es bueno ampliar horizontes y cambiar registros. Siempre a su disposición. Saludos

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  3. Hola, David:
    A falta de una “doble indemnización” los lectores de tu blog obtenemos una doble satisfacción: la de disfrutar y aprender leyéndote. (Desconocía la vinculación de Borges y Casares con “Perdición”)
    Gracias, compañero.

    Estimado señor Martini:
    Desconozco si tiene usted un pacto de sangre con el Diablo para desplegar una narración tan detallada y amena. Si es así, considéreme un seguidor de su culto describir.

    Doble agradecimiento.

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    1. Encantado de conocerle, señor Ortea y agradecido por sus palabras que seguro me dan ánimos para continuar con esta tarea en la que no sé cómo me he metido. Traslado sus palabras a David con mucho gusto. Siempre a su disposición.

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  4. Bienvenido Sr. Martini al noble arte de la reseña literaria :). Luego le haré una propuesta. Me parece muy bien su apuesta por situar al lector en el contexto histórico de cuando se publicaron los libros. De hecho, el crack del 29, y la Gran Depresión, estuvieron detrás de grandes genocidios y de crímenes individuales que inspiraron a muchos escritores o guionistas de la época. El tema de la obscena traducción de títulos veo que viene de lejos. En ese aspecto la reseña es clarificadora pues entre los cambios del propio libro y película nos acabamos perdiendo. Y si de Perdición hablamos pues que decir de una película maravillosa y muy bien dirigida. Y vaya intérpretes. Y vaya Barbara je, je. Vuelvo a la propuesta. Como Balas y Estrellas tiene un largo recorrido en los próximos meses y años, estaría bien que algún día hiciera una crítica literaria a un truño, bodrio o sarnazo en el que haya errores o simplemente que sea uno de los peores libros -moderno o antiguo- de la literatura negra. Como verá usted uno es morboso y también que le gusta un poco el cachondeo. Sin más, reciba Sr. Martini mis felicitaciones por este debut por la puerta grande. Le da usted un abrazo al señor Rubio cuando lo vea pero no le interrumpa cuando escribe. Ya sabrá que es de los que se encierran, tiran la llave de la cerradura y no para hasta que sus dedos se tiñen de rojo/negro criminal ;)

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    1. Encantado de conocerle, señor Pina. Por favor, trátame de tú. Eso del usted queda para ese otro colaborador del blog con el que algún día tendré que mantener una conversación que presumo no será ni agradable ni amistosa. Me encanta esa propuesta y te aseguro que me han venido a la mente un par de títulos para empezar, ja, ja, ja... Bueno, primero intentaré mejorar este arte de la reseña del tú eres maestro en el arte cinematográfico según me ha contado David y he podido comprobar.
      Ja, ja, ja... No andas desencaminado con lo que comentas del señor Rubio, sobre todo ahora que pasa demasiado tiempo con el señor López. Siempre a tu disposición.

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  5. Realmente das en el clavo. Una reseña exhaustiva y en la que agradeces la parquedad relativa de la novela.

    Me encata la novela nogra, pero me cansan las páginas de datos y situaciones de una inspectora, por ejemplo, que no pintan nada, sólo añade páginas. Un abrazo, David

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    1. Encantado de conocerte, Maripau. Entre nosotros, me pasa lo mismo. Extensas descripciones, digresiones y acumulación de datos suelen tener en mí el efecto de la lectura vertical y cierta sensación de que el autor suple su falta de historia con relleno literario. No es el caso de esta, ni de lejos. Seguro que la disfrutaras si no has llegado a leerla todavía. Siempre a tu disposición.

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  6. Muy buen trabajo Sr. Martini. Por ser inexperto en lo que se refiere a las reseñas, ha hecho un trabajo encomiable, hasta el punto de haber despertado en mí las ganas de leer la novela, pues dudo mucho que pueda localizar la película. Además, siempre prefiero la versión original, sin censura ni cambios.
    Estoy totalmente de acuerdo en que, al margen de lo que dicen los teóricos sobre el número de formas de escribir una novela negrocriminal, existen esas dos formas de contar una historia: el antes y el después.
    Quedo a la espera de que nos cuente más de su experiencia profesional, pues estos asuntos tan oscuros protagonizados por verdaderos criminales me intrigan mucho. Debo ser un morboso, pero los crímenes y, sobre todo, el modo de resolverlos me interesan sobremanera.
    Un saludo.

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    1. Encantado de conocerte, Josep Mª. Por favor, trátame de tú. Como he comentado más arriba eso del usted es para ese señor López del que con buen acierto, David mantiene alejado de mi presencia. Con gusto hablaré de mi experiencia personal si la novela y la ocasión son propicias, eso sí, siempre ciñéndome al secreto profesional de mi cargo. Siempre a tu disposición.

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  7. Excelente reseña del inspector... Completísima.
    Abre el apetito por la novela. La película ya la tengo, aunque quizá sea mejor empezar con la novela.
    Un abrazo doble :)

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    1. Encantado de conocerte, Maite. Me alegra tu valoración para con esta primera reseña. No tengas miedo en tu elección. Tanto la novela como la película son dos pedazo de obras maestras del género. Da igual el orden. Siempre a tu disposición.

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  8. Me eduqué con la novela negra leyendo aquella fastuosa colección, modelo revista, que salía cada semana en los kioscos ochenteros llamado Club del Misterio.
    Caín era uno de los imprescindibles y este uno de sus relatos icónicos peto no olvidemos esa maravillosa adaptación cinematográfica de un primerizo Billy Wilder donde la reina absoluta es la hoy lamentablemente demasiado olvidada llamada Bárbara Stanwyck.

    Me lo has hecho recordar.
    Un abrazo

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    1. Encantado de conocerte, doctor Krapp. ¡Oh! ¡Qué recuerdos me traes con esa maravillosa publicación estilo pulp de la editorial Bruguera! Creo que todos los que amamos hoy el género negro lo hacemos gracias a aquella colección. Y qué decir de Barbara Stanwyck, una de las mejores actrices de siempre, capaz de interpretar papeles tan dispares como el de esta película o aquella maravilla de Bola de fuego. Sin duda, merece que se la sitúe a la altura de actrices como Katherine Hepburn o Bette Davis. Siempre a tu disposición.

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  9. Pues yo creo que esa nota al finsl de que Carlos Martini es un personaje de ficción, me suena como eso que ponen los Coen al principio de sus películas de "basado en hechos reales. O sea que es un poli de verdad, quizás se llame Martin, para disimular...
    He buscado es de Pastorale, pero no lo veo. Solo una edición el inglés de relatos. La primera obra siempre es la primera... la ultim en cambio, nunca es la última. En la primera ya se ve cadí todo. Lo breve si bueno...no tiene competencia
    Iremos visitando a Martini, a medida que vaya apareciendo.
    Sbrazoo, inspector

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    1. Encantado de conocerte, Gabiliante. ¡Caramba! Tu comentario me despertó la curiosidad, he buscado en Google y, en efecto, existe un escritor con mi nombre. Algo que realmente me ha sorprendido. Siguiendo con los clichés cinematográficos "cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia". Siempre a tu disposición

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  10. Hola, señor Carlos Martini. Si me lo permite, tiene nombre de psicópata setentero, uno de esos inquietantes, sin embargo, ya sabe lo que se dice, todos tenemos nuestro lado malo escondido. Otra cosa que se dice es que un uno por ciento de la población es un psicópata. Es decir, que el que cuente con 99 amigos sabe que entre ellos hay uno. Lo más macabro es que llegar a pensar eso puede ser debido a que él es el psicópata que hace cierta tal proporción.
    El arte de la reseña es difícil, por lo menos para mí, pero a usted lo veo bien puesto, con datos de esos que hacen pensar y que revuelven las tripas al mismo tiempo. Y sobre todo, con la investigación y documentación por bandera. Eso es fantástico, porque no solo enseña, muestra sino que convence al mismo tiempo y sin motivo de duda.
    Me alegro mucho que nuestro amigo David haya traido un nuevo amigo. Aunque creo que cada uno está escudado por rse uno por ciento del que hablaba, Dios los cria y ellos asesinan., digo..., se juntan.
    Un abrazo, señor Carlos Martini, y dele otro a David.

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    1. Encantado de conocerte, Pepe. Ja, ja, ja... Me gustó esa referencia setentera, la verdad es que soy más de esa época que de la actual, algunos me dicen que soy un ser analógico. Conozco ese dato y, te aseguro, que se queda corto. No todo psicópata es asesino, y normalmente hay profesiones en los que la concentración de esta clase de individuos es muy elevado. Política, altos puestos empresariales... No es mi caso, te lo aseguro. Al menos no es un rasgo que haya salido en las pruebas psicológicas que nos hacen en el cuerpo policial y dado lo que sufro visitando escenas de crímenes me parece que aciertan.
      Traslado tu abrazo a David. Siempre a tu disposición, Martini.

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  11. Hola, Carlos
    Bienvenido al mundillo literario y felicidades por tan concienzuda reseña: contextualizada, desgranando personajes, incidiendo en su versión cinematográfica y con reflexiones personales muy interesantes. Me he quedado en esa que has hecho sobre que demonizar al criminal no tiene más sentido que el de servir de terapia a la sociedad. Supongo que los humanos necesitamos un móvil que justifique el posible odio o repudio a nuestros semejantes y, claro, el asesinato es muy "terapéutico" a la hora de aliviar cualquier culpa por nuestros bajos instintos. Por eso cuando los escritores crean perfiles asesinos empáticos y humanizados, los pobres lectores nos vemos sorprendidos entendiendo e incluso excusando sus posibles fechorías. Ahí se descubren nuestras vergüenzas.
    Por cierto, yo también desconocía la vinculación de Borges y Casares con Perdición.
    En fin, que me ha encantado cómo has unido el ejercicio literario con tus valoraciones en función de la experiencia en el ejercicio de tu profesión. Te seguiré de cerca.
    Saludos

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    1. Encantado de conocerte, Matilde. Te agradezco tus palabras que para alguien tan poco ducho en estas artes desde luego le dan seguridad. Bien comentas que necesitamos creer que el asesino no es como nosotros, que es algo ajeno a la condición humana. Eso es así, y lo es por pura necesidad protectora. Si el asesino pudiera ser cualquiera, incluido uno mismo, cómo poder odiarlo. Demonizar y deshumanizar al criminal es algo terapéutico, sin duda.
      Borges y Bioy Casares eran unos grandísimos aficionados la género, sobre todo a su vertiente de novela enigma clásica. A ver qué tal se da la siguiente. Siempre a tu disposición!

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  12. Un placer presentarme ante un señor tan seguro de si al reseñar un libro sobre un tema que al parecer es pan comido, aunque su modestia lo haga echarse a un lado.
    Su reseña deja buenas ganas de hacerse del libro, muy interesante todo lo que cuenta del autor y del género en sí, dejando ver las cosas influyentes a la hora de escribirlo, o de tener suerte de venderlo y llevarlo al cine.
    Se que vi "El cartero siempre llama dos veces", pero si le digo que recuerdo algo de ella le miento, talvés, si me refrescan la memoria aparezca el recuerdo.

    Espero que no le haga honor a su apellido y beba más de la cuenta, David se toma muy en serio su trabajo bloguero, y ahora sumido en ese mundo del crimen no quiero ni pensar en su represalia si algo se sale de contexto. Por cierto dígale de mi parte que me ha gustado su inclusión en el blog, le da personalidad y credibilidad a este acápite, y me resulta más simpático que ese señor López de dudosa reputación, que si lo dejan se apropia de todo el blog, por suerte David lo tiene a raya, ja, ja..

    Feliz fin de semana, brindo con un martini a su salud y la de David.

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    1. Encantado de conocerte, Idalia. El cartero siempre llama dos veces se ha llevado un par de veces al cine. La última con Jessica Lange y Jack Nicholson, con una escena muy subidita de tono en una cocina con un montón de harina.
      Ja, ja, ja... Te aseguro que mi apellido poco tiene que ver con mis hábitos bebedores, que no los tengo más allá del vino y el café. Ni qué decir que no eres la primera en comentarlo.
      Te agradezco tus palabras para con la reseña. Es un arte en el que no estoy demasiado ducho, leer y saber lo que a uno le gusta es una cosa, contarlo es otra. Es como los chistes.
      Coincidimos en tu apreciación del señor López. David de momento ha logrado que no coincidamos, pero nunca se sabe. Brindo contigo y siempre a tu disposición.

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