TRES ASESINOS | KOTARO ISAKA

Reconozco que la novela negra que más disfruto no es de este siglo. Seguramente, la explicación tenga que ver con aquel cliché romántico del “no eres tú, soy yo”. Y un servidor con sus ya cincuenta tacos quizá tenga el gusto un poco rancio.      Pero por supuesto hay excepciones.      Como el noir japonés  Tres asesinos de Kotaro Isaka . Tres asesinos, de Kotaro Isaka

DE MICHAEL MYERS A SAM SPADE | Seis grados de separación

 

Si eres aficionado al cine de terror seguro que conoces a Michael Myers, el asesino serial e inmortal creado por John Carpenter en 1978 para la saga Halloween y que, cuchillo en mano y bajo las inquietantes notas de la banda sonora compuesta por el propio director, no deja títere con cabeza, esto en sentido literal, en hasta doce películas, quizá ya se haya estrenado otra mientras escribo.
    Ni qué decir que si eres un aficionado de gusto más refinado tampoco será necesario presentarte a Sam Spade, el mítico detective de Dashiell Hammett, cuya primera aparición en El Halcón Maltés, novela y adaptación de John Houston, originó la clásica imagen del detective con fedora, gabardina y, por supuesto, el aspecto de Humphrey Bogart.
    Dos universos muy lejanos en la ficción, pero como podréis comprobar también cumplen la regla de los seis grados de separación que nos dice que solo se necesitan seis contactos para conectar a cualquier par de personas en el mundo.
    ¡Comenzamos!

DE MICHAEL MYERS A SAM SPADE

En 1978 y siguiendo la estela de La matanza de Texas (1974) John Carpenter estrenó Halloween y con ella inició todo un subgénero en el cine de terror de bajo presupuesto con un asesino serial —la maldad personificada— condimentado con unos rasgos sobrenaturales que lo hacen no solo inmortal, sino de una ubicuidad casi divina.
    El monstruo de esta saga se llama Michael Myers, un tipo que en la noche de Halloween se escapa del manicomio con una máscara de cuero y cargado con un cuchillo de carnicero. Así llega a Haddonfield, una ciudad ficticia, donde no deja títere con cabeza. Por supuesto, la policía local y su psiquiatra van tras él, pero da igual lo que le hagas: siempre resucita.
Poco después le seguirían criaturitas como Jason en Viernes 13 o Freddy Krüeger en Pesadilla en Elm Street para quienes sus víctimas predilectas eran los estúpidos adolescentes de instituto, de los que al final solo se salvaba la única joven con alguna actividad neuronal.
    En esa primera película debutó cierta actriz en el mundo del cine .
    Y con ella empezamos la conexión

De Michael Myers a Jamie Lee Curtis

En 2022 le dieron un Oscar como mejor actriz de reparto por la incalificable y abrumadora película Todo a la vez en todas partespero la carrera de Jamie Lee Curtis como actriz tuvo su estreno en Halloween, interpretando a Laurie Strode, la adolescente con alguna neurona que plantaba cara al psicópata asesino. 
    Parece que le tomó el gustillo al género de terror y sus siguientes apariciones en películas como El tren del terror, La niebla o Llamadas de terror, además de las secuelas de Halloween, la hicieron merecedora de un título muy friki: el de Reina del Grito.
    Luego, se ve que harta de gritar, se pasó al género romántico y la comedia. Incluso llegó a ser considerada una sex symbol tras su aparición en Perfect, en la que compartía protagonismo con John Travolta.
    Su carrera como actriz, como veis, es bastante irregular, pero sin duda es de esas presencias en pantalla que la definen como estrella de Hollywood.


    Sus papás sin duda lo fueron. Nada menos que los grandes Tony Curtis y Janet Leigh, de quien heredó el título de Reina del Grito y con quien, además, dos años después de Halloween rodaría con el mismo director, John Carpenter, La niebla (1980).

    Y con Janet Leigh pasamos al siguiente eslabón de la cadena.

De Jamie Lee Curtis a Janet Leigh

Hablar de Janet Leigh es hablar de una estrella absoluta. Y eso que en sus comienzos tuvo que luchar lo suyo por mantener su nombre. La razón era que en aquel momento había otra superestrella con el mismo apellido, la eterna Escarlata O’Hara que interpretó Vivien Leigh. Las opciones que barajaron fueron Jeanette Reames o Jeanette Morrison, su apellido real.



   En su filmografía encontramos obras maestras como Mujercitas de Mervin Leroy, Psicosis de don Alfred o El mensajero del miedo.
     Y por supuesto Sed de mal de Orson Welles.
     Lo que nos lleva al siguiente grado.

De Janet Leigh a Orson Welles

Orson Welles era un genio de la ficción, una de esas singularidades que de tanto en tanto asaltan un medio artístico y logran esa rareza de romper con la norma establecida abriendo nuevos caminos.
    En 1956 estrenó Sed de mal, una película mítica en el cine negro clásico. En ella interpretaba a un gordo y corrupto comisario de policía al que quiso el azar que un policía mexicano, interpretado por Charlton Heston, hiciera un alto en sus dominios mientras disfrutaba de su luna de miel con su esposa, interpretada por Janet Leigh. La cinta, entre otras genialidades, se inicia con un memorable plano-secuencia —una toma sin cortes— de tres minutos.
    Antes, Orson Welles ya logró poner a todo un país patas arriba con su célebre dramatización radiofónica de La Guerra de los mundos de H.G. Well en 1938.
    En 1941 estrenaría la que quizá, y sin el quizá, sea la mejor película de la historia del cine. Una revolución visual y narrativa que hoy, más allá del Blanco y negro, tiene tanta o más fuerza que entonces. Por supuesto, me refiero a Ciudadano Kane. La historia de un idealista, un buen tipo que ansiaba cambiar el mundo, pero al que su ambición desmesurada terminaría convirtiéndolo en un buitre del Poder y por tanto en defensor del Sistema que en su juventud ansiaba cambiar.


    El protagonista de la película se llamaba Charles Foster Kane, pero todo el mundo, incluido el aludido que intentó censurarla, supo que estaba inspirado en el magnate de la prensa William Randolph Hearst.
    Y con él llegamos al siguiente eslabón.

De Orson Welles a William Randolph Hearst

«Yo hago la noticia». Este era el lema del señor William Randolph Hearst, un magnate de la prensa que forjó todo un imperio mediático y que supo ver la fuerza de los medios de comunicación como la herramienta más poderosa con la que manipular a las masas y decidir la deriva de la opinión pública en función de lo que interesara.
    Sin ir más lejos, y solo un ejemplo, a través de sus medios y con honorables principios anticoloniales fomentó en Estados Unidos la animadversión contra España en favor de Cuba, por entonces una provincia española. En sus periódicos se acusó a España de ser la responsable del hundimiento del acorazado estadounidense Maine a fin de que el país del Tío Sam se involucrara en la guerra por la independencia cubana. Eso sí: en pro de la justicia y la libertad. Pretextos que escondían la oscura y verdadera razón: conseguir que Estados Unidos controlara el Canal de Panamá.
    Más de un siglo después me parece que la cosa sigue igual. ¿Cuántas políticas se nos venden en la prensa como solidarias, sostenibles y humanitarias cuando en realidad su objetivo es más oscuro y lucrativo?
    Viendo cómo era este personaje creo que no nos extrañará que fuera el inventor de la prensa amarilla y sensacionalista. Titulares llamativos, presentación e interpretación emocional de los hechos de acuerdo con un relato preconcebido que impacte en la conciencia de la buena gente. Basta ver cualquier periódico digital o canal de televisión de hoy para comprobar lo exitoso de esta clase de periodismo.
    Ni qué decir que pobre de la persona a la que esta clase de prensa ponga la diana en su pecho.
   Si viviera todavía, podríamos preguntárselo a un actor muy conocido en su época —a la altura de Buster Keaton o Charles Chaplin— al que un desgraciado incidente provocó que Hearst hincara en él sus dientes.
    ¡Siguiente eslabón!

De William Randolph Hearst a Roscoe Fatty Arbuckle

Roscoe Fatty Arbuckle fue una estrella del cine mudo en la primera y segunda década del s. XX. Para que os hagáis una idea, fue quien tuteló a Chaplin, Buster Keaton o Bob Hope y la Paramount llegó a firmarle un contrato de ¡un millón de dólares de la época!
    Sin embargo, un 3 de septiembre de 1921, su vida sufriría un revés del que jamás logró levantarse. Ese día decidió montarse una fiesta en una habitación del hotel Saint Francis, en San Francisco. Junto a un par de amigos invitó a unas chicas. Entre ellas, Virginia Rappe una aspirante actriz de treinta años que justo en esa habitación y en ese momento empezó a encontrarse mal. Muy mal.
   El doctor del hotel la exploró y concluyó que se trataba de una simple borrachera, pero Virginia cayó en un estado comatoso y falleció tres días después por una peritonitis provocada por la perforación de la vejiga.
     Poco después, Maude Delmont, otra de las chicas de la fiesta denunció que esa perforación se produjo porque Arbuckle violó a Virginia con una botella de cerveza.
    No creo que haga falta decir lo que vino después. La historia de un actor aclamado e influyente, toda una estrella de cine abusando de una inocente aspirante a actriz era algo demasiado goloso para Hearst y su prensa amarilla. Día tras día, sus periódicos narraban la perversión lujuriosa de los hechos y de Arbuckle, logrando que la antes admirada estrella de cine se convirtiera poco menos que en la persona más odiada de Estados Unidos. El escándalo provocó que los estudios de cine cancelaran sus contratos e incluso retiraran de la cartelera sus películas y hasta destruyeran las copias. Es más, prohibieron al resto de actores dar la más mínima muestra de apoyo bajo la amenaza de sufrir el mismo ostracismo.
    De estrella de cine a paria social, al punto de que determinadas asociaciones moralistas de la época hicieron campaña para que fuera condenado a la horca.


    Evidentemente, todo eso sin esperar al juicio, o los juicios en este caso. Juicios donde se constató que, salvo la declaración de Maude, no había ni una sola prueba de la violación.
    Al parecer, Virginia había abortado tres días antes en una intervención no demasiado bien realizada. A esa fiesta llegó muy medicada y una ingesta de alcohol considerable le provocó fiebre y una hemorragia vaginal. Arbuckle y sus amigos la llevaron a la bañera para ver si con agua fría mejoraba e incluso intentaron cortar la hemorragia con hielo mientras llegaba el doctor del hotel.
    Lamentablemente, ni la absolución de Arbuckle ni el apoyo que posteriormente le brindaron Chaplin o Buster Keaton —cuando los estudios cinematográficos ya se lo permitieron— lograron su redención pública y su estrella se apagó.
    Más de un siglo después me temo que no hemos mejorado en este aspecto a juzgar por el reciente caso de Johnny Deep y la Disney.
    Pero no nos alejemos del tema. Para su defensa, Arbuckle recurrió, además de a sus abogados, a una agencia de detectives. Nada menos que la Pinkerton.
    Y eso nos lleva a un nuevo eslabón.

De Roscoe Fatty Arbuckle a Allan Pinkerton

La Agencia Pinkerton fue la primera agencia de detectives de Estados Unidos. Creada en 1850 por Allan Pinkerton su actividad inicial se centró en las empresas ferroviarias y más en concreto en ofrecerles un servicio de seguridad privada contra los atracadores de trenes y de vigilancia sobre sus empleados.
    Años después su oferta de servicios se expandiría al sector empresarial y dentro de la misma primaba su labor como revientahuelgas.
    Pero en lo que nos interesa ahora, cuando la agencia, entonces dirigida por el nieto de Allan Pinkerton III, recibió el encargo de Arbuckle y se puso manos a la obra enviando a un grupo de sabuesos para que reunieran pruebas que demostraran su inocencia.
    Uno de esos detectives se llamaba Samuel Dashiell Hammett.
    Y con él llegamos al último grado de separación.

De Allan Pinkerton a Dashiell Hammett

Hammett ingresó en la Pinkerton en 1915, tras leer una misteriosa oferta de trabajo: 
    Este trabajo logró que sentara un tanto la cabeza. Hasta ese momento era un veinteañero bien preparado, pero también díscolo, fiestero y poco fiable para un trabajo. Su labor como detective sí logró motivarlo, pero se interrumpió en junio de 1918 cuando ingresó en el ejército en el contexto de la I Guerra Mundial. No pisó ningún campo de batalla, pero su estado de salud se mermaría al contagiarse con la gripe española que derivó en una tuberculosis crónica.
    Regresó a la Pinkerton, pero su deteriorada salud, incompatible con el esfuerzo físico, le haría abandonar la agencia poco después de su trabajo con Arbuckle.
    Se perdió un detective real, pero ganamos y disfrutamos de un escritor que supo trasladar su experiencia a la escritura. Primero con relatos que publicaría en Black Mask. Luego, revolucionando la novela policíaca, que hasta él se entendía como un simple enigma en el que el lector acompañaba al detective en el juego de pistas que el autor iba dejando en la trama.
    Con Hammett nació el Hard Boiled, la manera americana de escribir historias que giraban en torno a un crimen y aprovechar la ocasión para denunciar los graves problemas sociales de la época.
    En 1929 publicó su primera novela Cosecha Roja a la que seguiría La maldición de los Dain. Había creado un puñado de detectives de ficción con el agente de la Continental a la cabeza. Sin embargo, no fue hasta el año siguiente cuando diera a luz al Detective, con mayúsculas.
    Sam Spade en la novela El halcón maltés que en 1941 tomaría cuerpo de carne y hueso en el único e inigualable Humphrey Bogart en la adaptación cinematográfica de John Huston.


La próxima semana, Balas y Estrellas regresará con la Agenda negrocriminal de febrero.

Hasta entonces...

Sed muy felices y moderadamente malvados

sobre mi

DAVID RUBIO

Aunque no sea lo mismo que compartir una buena charla acompañada de un café bien negro, te propongo quedar en otros espacios virtuales donde también suelo perpetrar publicaciones. Clica sobre los siguientes iconos o envíame un mail a balasyestrellas@gmail.com.

Comentarios

  1. Buenos días, David:
    Te felicito y agradezco por la escritura y publicación de este artículo. Su transversalidad es muy fluida, realizas una analepsis grácil por casi un siglo de cultura, sociedad e historia estadounidense (que, en cierto modo es la de muchos de nosotros, dado el papel transcendental que han jugado los EE. UU. en nuestra cultura, sociedad e historia). Y tu narrativa es fascinante: articulada en un recurso a referencias que la mayoría conocemos y narrada con personalidad, con ese tono seriamente distendido que te caracteriza. Leerte produce en mí una sensación de cercanía (incluso cuando escribes sobre temas que hasta ese momento me eran lejanos).

    Disculpa si me repito; pero, centrándonos en Dashiell, "La maldición de los Dain” (en edición de Biblioteca Básica Salvat) es una de las primeras novelas que recuerdo haber empezado a leer; por entonces no tenía ni idea de lo que era el género negro-criminal, creía que era una historia parecida a las de Maigret, mi madre me dijo que ya la acabaría de leer cuando fuera mayor. Pocos años después leí “Cosecha roja” en la colección de quiosco de Club del Misterio Bruguera. Luego, ya con edad adulta y criterio selectivo, fui leyendo la mayoría de las ficciones de Hammett. Recuerdo las ganas con las que esperé la publicación de su “novela perdida” (Una mujer en la oscuridad) y la decepción que resultó de su lectura.
    A disfrutar vivamente el domingo, David.

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    1. Gracias, Nino. Te agradezco tus palabras. Lo bueno de haber cumplido ya 50 años es que uno pierde el miedo al qué dirán. Vamos, que uno de alguna manera consigue el derecho de expresarse y opinar como piensa. Y eso es lo que pretendo en este blog. Es por eso que aquí lo políticamente correcto no tiene cabida.
      Jo, has mencionado una colección mítica como fue aquel Club del Misterio de Bruguera. Quizá, hoy día me costaría un tanto leer esas páginas a doble columna, pero recuerdo que en su momento era una gozada leer los clásicos de novela negra en aquel formato pulp. Ojalá hoy día alguna editorial se decidiera a recoger el testigo.
      No he llegado a leer Una mujer en la oscuridad, a ver si un día nos cruzamos en el camino de la lectura y te cuento. Un abrazo!!

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  2. Realmente, nada que añadir. Me quito el sombrero tras disfrutar con esta cadena de relaciones. Cuando era joven, unos diecinueve años, fui a ver Halloween que recuerdo que aquí se tituló La noche de Halloween. No tenía ni idea de lo que era eso, ni tampoco de cómo se pronunciaba. Parece mentira, pero hubo un tiempo, no muy lejano, en el que ¡¡no sabíamos lo que era Halloween!! Me ha encantado leer esa cadena de relaciones y saber de todos sus eslabones, de algunos de los cuales, como Rosco Arbuckle, no sabía nada.
    Un beso.

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    1. Gracias, Rosa. La verdad es que yo tampoco conocía esa historia hasta que leí un ensayo sobre Hammett en su faceta más detectivesca. Precisamente, ese fue el dato que conectó la cadena.
      Pues sí, hubo una época en la que Halloween era el día de difuntos. No te extrañe que un día de estos se celebre como festividad eso del Black Friday, je, je, je. Un abrazo!

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  3. Estupendo periplo matinal y dominical. Esta vida loca es un de oca a oca, sin duda. Hay vecinos de vecinos por todas partes, muy bien relacionados.
    A todo esto, ¿cómo sería un remake de "El halcón maltés" hecho por John Carpenter? Por supuesto, con Kurt Russell de protagonista y James Woods de antagonista; haciendo de Brigid, la Curtis; de Cairo, Alice Cooper. Que nos lo haga la IA, a ver qué sale.
    Abrazo y gracias por estos momentos de disipación ilustrada.

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    1. Gracias, Fernando. Ja, ja, ja... Pues sería algo digno de ver cómo Carpenter reinterpretaría la novela. Me gusta ese Kurt Russell y Woods... Lo de Alice Cooper como Cairo... Pues fíjate, que viendo a Peter Lorre quizá no sería tan descabellado.
      La IA ni en sueños sería capaz de algo más que presentar una historia mínimamente interesante. Un abrazo!

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  4. Es genial me encantó como los relacionaste ambas historias. Te mando un beso. Enamorada de las letras

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    1. Gracias, J.P. Alexander. Me alegra que te haya gustado la publicación. Un abrazo

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  5. Haces un repaso exhaustivo y certero. Muy interesante, como siempre, y de agradecer.

    Un fuerte abrazo, David.

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    1. Gracias, Maripau. Te agradezco tus palabras, la idea es aprovechar para hablar un poco de todo. Un abrazo!

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  6. Hay que ahondar mucho en las vidas de unos personajes para hallar una conexión que nos lleve a establecer esos seis eslabones entre el primero y el último de tus protagonistas. Una árdua tarea, sin duda, que ha resultado en una reseña extraordinariamente interesante.
    Tienes el don de saber atrapar al lector escribas sobre lo que escribas, je, je. Enhorabuena.
    Un fuerte abrazo, David.

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    1. Gracias, Josep. Te agradezco tus palabras. Bueno, en este caso ha sido sencillo. A poco que escarbas en la historia encuentras sucesos increíbles, es como un pozo sin fondo de ideas. Y lo mejor es que unas te van llevando a otras. Un abrazo!

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  7. Es curiosísima esta cadena de los seis grados. Fantástico, David, como has ido encontrando el hilo de esta relación que parecía imposible. Menudo trabajo de investigación ;)

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    1. Gracias, Marta. En esta ocasión, "la cadena" comenzó cuando leí sobre el caso de Arbuckle y me enteré de que Hammett fue uno de los detectives que intervinieron en su defensa. Un abrazo!

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  8. Una sección maravillosa que sería perfecta para un dominical de la prensa nacional. Hilas con gran naturalidad casi un siglo de literatura y cine con personas que hicieron historia en el mundo de estas artes. La parte de Orson Welles ha sido un deleite y nos muestra como un genio llega a ser un genio.
    Hollywood tiene cientos de historias truculentas y creo que el metacine tiene muchas cuentas pendientes con lo vivido por actrices, productores y otras gentes que vivieron una cara b no tan conocida por el gran público.
    Un placer leerte, David.
    Abrazos.

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    1. Gracias, Miguel. Como bien dices, tras las bambalinas de Hollywood ha debido suceder de todo y seguramente sepamos solo un diez por ciento. El cine es la miel que atrae a las abejas de la economía, la política o los medios de información es un medio cultural, pero también una poderosa arma de propaganda y ello necesariamente nos lleva a leyendas negras. Ahora estoy empezando a leer un ensayo sobre los gangsters y Hollywood, así que no te extrañe si alguna entrada salga pronto en ese sentido. Un abrazo!

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  9. ¡Hola, David!
    Si tuviera que buscar una palabra para definir todo este laborioso e inteligente trabajo de investigación y conexión de personajes de la historia, donde se involucran tantos detalles del perfil psicológico y social (familiar y ocupacional) diría la siguiente,. supcomplinstintelgenuloso, que se forma con los adjetivos: súper, complicado, instintivo, inteligente, genial y meticuloso, esto imitando a Supercalifragilisticoespialidoso que dicen se forma con los adjetivos: súper, cálido, frágil, místico, especial y melodioso.
    David, se te hubiera dado muy bien ser detective, y va de la mano con tu profesión, aún estás a tiempo.
    Lo mejor de todo esto es que lo estás disfrutando, eso llena de felicidad tus horas de ocio y rejuvenece
    Gracias por todo lo que aportas, un fuerte abrazo.

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    1. Gracias, Idalia. Soy curioso por naturaleza y adoro eso de empezar un tema y perderme en los muchos caminos que cualquier área de conocimiento te ofrece. En mi profesión, soy abogado, en algunos casos también he de hacer alguna labor detectivesca, je, je, je... Creo que todos queremos saber más, o deberíamos quererlo, es lo que nos hace únicos.
      ¡Ostras! Conocía lo de supercalifragilisticoapidoso, pero desconocía que fuera el acrónimo de esos adjetivos, ¡si que es lo bueno de compartir es la cantidad de cosas que uno aprende!
      Estas entradas es verdad que tienen su punto de intuición y suerte, suelo partir de un personaje conocido y de ahí me salen tres o cuatro relaciones, pero es a base de dar vueltas cuando llegas a la conexión clave. En este caso fue el dato de que Hammett fuera uno de los detectives enviados por la Pinkerton para defender a Arbuckle. A partir de ahí fue rodado. Un abrazo!

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  10. Fascinante viaje el que nos propones encadenando viejas estrellas en un recorrido de seis grados. Muy buen titular, por cierto. Me has despertado el recuerdo de la primera vez que me hablaron de Ciudadano Kane y Orson Welles, que fue un profesor (casi recuerdo más esa anécdota que la película en sí); de aquella ingenua Mujercitas o terrorífica Psicosis... El adjetivo "incalificable" para definir "Todo a la vez en todas partes" no puede ser más preciso. Cuando la película empezó a irritarme la dejé de ver. No pude con ella. Por lo demás, todo tu repaso ha sido un paseo glorioso. ¡Gracias! Un abrazo, David.

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    1. Gracias, Matilde. Ja, ja, ja... La verdad es que le he dado tres oportunidades a Todo a la vez... y en las tres ocasiones me quedé dormido a la media hora, luego me despierto para ver la última y eterna media hora. Lo curioso es que me llamaba la atención lo arriesgado de la apuesta, pero es abrumadora. Me alegra que te haya gustado el artículo de esta sección que es la aplicación de esa teoría al mundo de la ficción. Un abrazo!

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  11. Buah, brutal. Qué bien contado.Y encima recorres media historia norteamericana del siglo 20. Como decía mi abuela, ¡Vales pa to! Un fuerte abrazo, David.

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    1. Gracias, Pedro. Me alegra que te haya gustado. La intención es esa, el blog está centrado en el género negro y con estas secciones logró una pequeña vía de escape para hablar de varios temas. Un abrazo!

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  12. Hola, David
    La regla de los seis grados de separación me tiene fascinada, me deja sin palabras. Felicidades. Un fuerte abrazo.

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    1. Gracias, Mayte. Es que parece mentira, pero creo que es una teoría con muchos visos de ser verdad y más hoy día donde casi todo está conectado. Un abrazo!

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  13. Fascinante el repaso por toda una época del cine norteamericano del siglo XX y que bien los relacionas.
    Un arduo trabajo por lo que te mereces un montón de aplausos
    Un abrazo David
    Puri

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    1. Gracias, Puri. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo!

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  14. Hola, David, es impresionante el juego que le das a la cadena de los seis grados de separación. Juegas con nosotros y nos planteas un artículo que casi podría ser una historia de vidas cruzadas, bueno, podría ser no, lo es. Además, de que ahondas en la historia de cada uno, nos muestras sus rarezas, esas cosas que no suelen venir en los libros, y lo haces de forma amena e imaginativa. Me encanta esta sección y el poder que sacas de la regla esta de los seis grados de separación. Casi abruma con lo que se puede hacer con ello si se tiene ingenio.
    Un fuerte abrazo y feliz finde!

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    1. Gracias, Pepe. De hecho ya se hizo una película y hace unos años salió un reto viral que consistía en conectar a cualquier persona del mundo con Kevin Bacon. La verdad es que esta sección me permite traer historias que tendrían difícil encaje en otros apartados del blog. Me alegra que te guste. Un abrazo!

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  15. Hola, David, es sorprendente el análisis que tienes que hacer para llegar a esta cadena de relaciones, creo recordar que ya leí alguna otra que hiciste, ¿verdad? Está bien tramado, argumentado, hilado para que todo tenga su razón y como sigas así, a este paso se descubre que yo misma tengo algo que ver con la novela negra, que no es de mis favoritas, jeje.
    Muy buen artículo.
    Un abrazo. :)

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    1. Gracias, Merche. Bueno, me conoces, al menos virtualmente, así que en tu caso ha bastado un solo escalón, ja, ja, ja... Un abrazo!

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  16. Jobar, menudo repaso que nos has entregado, con su esquema de flechas y todo, de la novela de terror, sus protagonistas y sus adaptaciones al cine.
    Reconozco que no me gusta mucho el género, de hecho, las protas chillonas me ponen de los nervios. Concretamente, y ya que la citas, la escena de la Leigh chillando en Psicosis creo que está sobrevalorada, ja, ja, ja.
    Yo soy más fan de Nicole Kidman y Los otros con mi adorado Amenábar.
    Sin ser entusiasta del género, me ha parecido fantástico cómo has ido de un personaje a otro para regalarnos esta entrada que es todo un lujo, sobre todo para los que no sabíamos mucho del tema. ¡Enhorabuena!
    Un abrazo, David.

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    1. Gracias, Paloma. La idea de esta sección es hacer un poco el juego del Oca a Oca y aprovecharlo para contar cositas de la historia. Los Otros es una buena película pero al salir poquito después que El sexto sentido creo que perdió un poco el efecto sorpresa. Me alegra que te haya gustado la publicación. Ah! El grito, en muchas películas de terror de serie B, es el mismo. El llamado grito Wilhem. Un abrazo!

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  17. ¡Hola! Ostras, que entrada más elaborada y tan bien hilada de uno a otro. Sin duda, la mayoría no los conocía y mucho menos lo que cuentas, así que me ha parecido de lo más interesante. Un abrazo.

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    1. Gracias, Likur. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo!

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  18. Hola, David. Me he aplaudido, porque cuando he llegado al final he mirado mi plantilla y la he comparado con la tuya y me ha salido clavada. La tuya con más colorín, imágenes, rótulos y la mía marcados los nombres y flechas con un boli en un folio en blanco. De Michael Myers de John Carpenter creo recordar algún corte de Halloween, porque te aseguro que no llegué a ver la película entera. El Halcón Maltés de Dashiell Hamlet con el detective Sam Spade, me encantó. Es una de esas novelas que te atrapan de principio a fin y marcan un hito en los primeros lugares de las novelas que he leído. Se lo debo a El Tintero que la propuso como lectura en un reto. La pondría en paralelo con 1280 almas de Jim Thomson, también leída en El Tintero. El género negro no es lo mío, pero esas dos son imprescindibles.
    Muy interesante todo lo que cuentas sobre el inventor de la prensa sensacionalista. De eso en nuestros días sabemos para contar y no parar.
    ¡Felicidades por el artículo, David!
    Un abrazo!

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    1. Gracias, María Pilar. Jo, no hace tanto que dejé El Tintero de Oro, pero ahora que mencionas esas convocatorias me parece algo muy lejano, aunque quizá fueron un poco los primeros pasos para animarme con este Balas y Estrellas.
      Halloween no es desde luego una joya del cine, pero tiene gracia. Ese desparpajo del género de serie B que hoy se ha perdido. Aquellas películas no había por donde cogerlas, pero tenían la virtud de plantarte frente al televisor y no dejarlas a medias. Un abrazo!!

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  19. Saludos.
    Muy buen artículo.
    Me ha gustado mucho hacer todo el recorrido que planteas,
    Aplausos

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  20. Vaya un interesante y curioso recorrido cinematográfico-criminal! Je, je! Un abrazote!

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    1. Gracias, El Vici Solitari. Me alegra que os haya gustado. Un abrazo!

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  21. ¡Hola, David! Precisamente por el género de terror me ha llamado la atención esta entrada (he visto todas las películas de Michael Myers je, je, je). Me ha parecido un artículo interesantísimo, qué curiosa la conexión que planteas, ¡me ha encantado! Muchos datos relevantes, mucho que aprender leyéndolo y un planteamiento muy original.
    Un abrazo :)

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    1. Gracias, M.A. En mi caso, no sé si todas, pero sí he visto muchas de Michael Myers, aunque las que más me gustan fueron las primeras con esa estética y ritmo de serie B. Las últimas han perdido frescura en mi opinión. Me alegra que te haya gustado esta entrada que une tantos universos de ficción. Un abrazo!

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  22. Hola David. No dejan de sorprenderme estas entradas, descubrir como personas que aunque provienen de mundos similares, en este caso el literario, no tienen a priori nada que ver uno con otro pero resulta que finalmente hay un hilo conductor que une sus vidas a través de terceras personas. Impresionante también la labor de investigación detrás de todas esas conexiones. E impresionante también la injusticia cometida con Arbuckle, algo que como dices no ha cambiado con el paso de los años, pues siempre hay quien apoyándose en sus prejuicios e ideas preconcebidas está dispuesto a dictar sentencia antes de conocer los hechos. Muy interesante la entrada. Un abrazo.

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    1. Gracias, Jorge. Al final va a resultar que esta teoría de los seis grados de separación es real. Me alegra que te haya gustado y, como apuntas, la idea de fondo es contar varias cosas con un hilo conductor. El caso de Arbuckle, por ejemplo, hoy sería exactamente igual. En este sentido, parece que la sociedad sigue empeñada en juzgar a base de prejuicios y tomar partido sin más pruebas que la historia narrada en los medios. De hecho, lo vemos todos los días. Lo grave es que también se promueve por parte de los gobiernos, como si fuera más importante el discurso que el problema. El otro día estuve investigando sobre asesinatos de los hijos y llegue al controvertido punto de quién asesina más el padre o la madre. Parece un chiste, pero ese dato tan sencillo de mostrar es casi un secreto de estado. Un abrazo!

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