LAS NUEVAS MÁQUINAS DE LA VERDAD | Buscando la mentira en la voz, los ojos... y el cerebro

Soy de los que piensa que la sinceridad está muy sobrevalorada. ¿Os imagináis un mundo en el que no existiera la mentira? Los que hayáis respondido con un “ojalá” es que no lo habéis pensado bien. Como vimos en la anterior entrada , en el s. XX fue el polígrafo, el detector de mentiras más popular, aunque su eficacia para tal fin sea más que cuestionable y eso llevó al invento a ser calificado como pseudociencia. Pero eso no significa que los científicos hayan cejado en su empeño en pos de la verdad. LAS NUEVAS MÁQUINAS DE LA VERDAD

EL HOMBRE DEL MALETÍN


Siempre me resultan inquietantes los maletines. Y todavía más cuando el tipo que lo lleva se dispone a abrirlo. Por supuesto que lo normal es que contenga documentos de trabajo, tal vez su almuerzo o quién sabe si algún libro. Eso es lo que nos decimos cuando escuchamos el clic de apertura.
    Pero... ¿podemos estar seguros de ello?

EL HOMBRE DEL MALETÍN

El hombre del maletín salió de casa a las 09:32 a.m. Veintisiete minutos después aparcó el coche frente al chalé. Dedicó el minuto que faltaba para observar el jardín. A las diez llamó al interfono.
    Lo recibió una empleada de hogar. Vestía uniforme y cofia. El hombre le sonrió y la siguió hasta una salita de estar. Al quedarse solo, dejó el maletín sobre la mesa de comedor. Curioseó un poco. No demasiado. La decoración era tan original como la de cualquier casa de familia acomodada con jardín, perro, tres niños y una criada con cofia.
    El matrimonio no tardó en presentarse. Él llevaba traje, una pulsera de cuero en la muñeca derecha y un Rolex en la izquierda; ella, un vestido blanco ibicenco y una discreta pedrería. El señor le ofreció la mano, pero no una sonrisa; la señora le ofreció una sonrisa, pero no la mano.
    Se sentaron a la mesa, donde reposaba el maletín.
....—¿Y bien? —comenzó el señor—. Su llamada consiguió intrigarnos.
....—Lamento el suspense —dijo el hombre—. Prometo que no les robaré demasiado tiempo.
    El señor retrepó en la silla al escuchar «robaré».
....—No se preocupe. ¿Qué es lo que quería proponernos?
....—Lo están mirando —dijo posando la mano sobre la piel negra del maletín—. Imagino que un hombre de su posición estará de acuerdo con lo que se dice en el mundo de los negocios.
....—Se dicen muchas cosas, ¿a qué se refiere?
....—A la información, por supuesto —dijo tamborileando los dedos sobre el maletín—. Dicen que la información es poder. ¿Usted qué opina, señora?
....—Supongo que así es —respondió la mujer jugando con las piedras de su pulsera.
....—Exacto. Poseer la información precisa es lo que marca la diferencia entre el éxito y el fracaso; entre la felicidad y la tristeza… —El hombre dejó la frase en el aire durante cinco segundos—. Y eso es lo que contiene este maletín.
    El señor miró a la señora, esta le correspondió arqueando las cejas.
....—¿Y qué clase de información contiene? —preguntó el señor.
....—Sepa disculpar que mis intereses me impidan revelársela en este momento. Digamos que… les concierne personalmente.
....—Personalmente —repitió el señor frunciendo los labios—. Y qué quiere hacer con esa información que nos concierne personalmente.
....—Entregársela, faltaría más. Lo que hay dentro de este maletín les pertenece.
....—¿Así? ¿Sin más? —preguntó el señor abriendo los brazos.
....—Así. Sin más. —El hombre acomodó su corbata—. Sin embargo, deben comprender que he dedicado mucho tiempo siguiendo y conociendo a cada uno de ustedes.
....—¡Lo sabía! —El señor se levantó de la silla—. ¡Hace falta tener poca vergüenza para presentarse en nuestra casa y chantajearnos!
....—Cariño —intervino la mujer cogiendo el brazo de su marido—, deja que nuestro enigmático invitado terminé de explicarse.
....—Gracias, señora. En realidad, solo me faltaba por indicarles la cifra: diez mil euros —dijo mientras sacaba un papel del bolsillo.
....—¿Diez mil euros por ese maletín? —El señor golpeó la mesa—. ¿Se da cuenta de que podría quitárselo ahora mismo?
....—Eso no sería necesario. Les he dicho que es suyo. Los diez mil euros que les pido son para no entregárselo.
....—Ja, ja, ja… ¿Quiere diez mil euros por nada?
....—Naturalmente están en su derecho de no pagarlos y pasar el resto del día con sus hijos, con su perro o con cualquiera de sus… otros asuntos. —El hombre deslizó hacia el matrimonio un papel, con el índice señaló el número de cuenta bancaria escrito.
....—¿Otros asuntos? —dijo la señora clavando la vista en el papel.
    El hombre se levantó.
....—Mañana, a las diez, el maletín les estará esperando en la puerta si antes no he recibido el ingreso. Puede que decidan abrirlo mientras compartan el desayuno preparado por su diligente asistenta. O, tal vez, les apetezca curiosear los documentos que contiene mientras tomen su café y coman sus tostadas; o, quizá, prefieran visionar juntos alguna grabación de vídeo… No sé, por supuesto son libres para decidir cuándo disfrutar de su contenido.
    Esperó un instante a que se produjera alguna réplica. No la hubo. El matrimonio se limitó a observar el maletín que sujetaba.
    «Gracias por su tiempo», dijo sin esperar a ser acompañado hasta la puerta.
    Ese día, el hombre del maletín comió en un restaurante chino, después fue al teatro. Por la noche leyó un buen libro antes de dormir. 

Pasadas las nueve y media de la mañana se despertó. Desayunó unas tostadas mientras se aburría con el telediario matinal. A las nueve y cincuenta recibió el aviso del banco confirmando el ingreso de los diez mil euros.
   Sonrió. ¿Quién de los dos habría pagado esta vez?, se preguntó mientras observaba el maletín abierto, y vacío, sobre la cómoda.

Y con esto me despido hasta el próximo disparo...

Sed muy felices y moderadamente malvados.


Si te apetece otra ración te invito a estas lecturas clicando sobre las portada:


 


sobre mi

DAVID RUBIO

Aunque no sea lo mismo que compartir una buena charla acompañada de un café bien negro, te propongo quedar en otros espacios virtuales donde también suelo perpetrar publicaciones. Clica sobre los siguientes iconos o envíame un mail a balasyestrellas@gmail.com.

Comentarios

  1. Muy original el planteamiento. Me ha gustado mucho ese final.

    Un abrazo

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    1. Gracias, Maripau. Me alegra que te haya gustado el relato. Un abrazo!

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  2. Caramba, David, he estado tanto o más intrigado por saber qué contenía ese maletín que la pareja a la que iba dirigido, je, je. ¿Qué cosas no querían ver o saber para pagar esa cantidad de dinero? Hay quien prefiere la ignorancia y la duda al conocimiento, si este puede no ser de su agrado.
    Ni que decir tiene que tu relato, con ese toque tan especial de suspense, me ha encantado.
    Un abrazo.

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    1. Gracias, Josep! Un maletín o una caja cerrada es un McGuffin de primera categoría. Cualquier objeto que se nos presente y del que desconozcamos el contenido es algo irresistible para un lector, que por esencia siempre es curiosón. En la mayoría de las ocasiones, el contenido es lo de menos, e incluso en este caso inexistente. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo!

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  3. Genial, David. No hay nada más inocuo y fácil que jugar con la culpabilidad ajena. Quién no tiene esqueletos en el armario que teme que salgan a la luz.
    Un beso.

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    1. Gracias, Rosa. Y de hecho ni siquiera es necesario que uno sea culpable de algo, basta con que alguien nos cuestione o nos amenace para que nuestra mente se embarque en la tarea de buscar posibles pecados. En el fondo, esa es la base de muchos correos estafa que nos amenazan con sacar a la luz nuestras búsquedas más íntimas en la red. Un abrazo!

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  4. Jeje, estupendo, David. La vuelta de tuerca que das al chantaje exigiendo el pago a cambio de no entregar el maletín es buenísima y el final genial. Un relato cargado de detalles que mantiene el suspense en todo momento. Me ha gustado mucho también la forma de nombrar a los personajes como el señor y la señora o el hombre del maletín para despersonalizarlos y dar a la historia un puntito de ironía. Gran relato.

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    1. Gracias, Marta. Una de mis manías escritoriles son los nombres propios. Solo los utilizo cuando siento que puedan significar algo. En esta ocasión, señor/señora y hombre, pensé que eso era suficiente para identificar a cada uno de los personajes. Por supuesto, la ironía siempre tiene que estar presente en un relato como este. Un abrazo!

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  5. Está claro que alguien en la pareja, o ambos, guardaban un muerto en el armario je, je. Es cierto que los maletines han dado un enorme juego en la literatura o en el cine: desde 'Pulp Fiction' hasta llegar este invierno con 'A todo tren 2" he visto pasar decenas de maletines en estos años sin mencionar aquellos del cine clásico. Lo que me parece curioso es la asociación de maletines y trenes que se repite como una constante. Estupendo relato, David.
    Un abrazo.

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    1. Gracias, Miguel. Es que los maletines son un McGuffin de primera. Podemos desconocer su contenido, como en el caso de Pulp Fiction del que se teoriza que podía contener el alma de Marcellus Wallace; pero también pueden contener una bomba, o tesoros como diamantes, dinero o droga. Lo de su relación con los trenes es verdad, de hecho, la última es ese Bullet Train. Quizá es por esa asociación maleta-viaje, aunque también se usen mochilas o maletines para ir al trabajo o a la universidad. Cosas de clichés imagino. Un abrazo!

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  6. Vaya, vaya, David, has jugado con nosotros igual que el tipo del maletín con los ricachones esos, menudos pillastres estáis hechos, jajaja. Reconozco que me enganchaste desde el inicio con la meticulosidad temporal del hombre para hacer lo que tenga que hacer, casi un toc maniático, la personalidad queda clara y el resto se viene dando con los diálogos y la sempiterna imagen de ese maletín cerrado. Me recordó al de Pulp Ficción, donde nunca se revela qué tiene dentro pero que todos lo quieren.
    Felicidades, David, por este relatazo. El blog empieza fuerte, je, je

    Un abrazo!

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    1. Gracias, Pepe. Con ese comienzo tan planificado quise mostrar que el hombre del maletín era un tipo planificador y perfeccionista que sabe lo que se trae entre manos. Bien visto. En twitter he compartido las teorías sobre el contenido del maletín de Pulp Fiction, algunas un tanto planas pero otras sorprendentes. La realidad es que era una bombilla amarilla de bajo consumo. Me alegra que te haya gustado. La próxima entrada ya no será un relato, iniciará la sección Crime Scene, espero que resulte entretenida. Un abrazo!

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  7. David, felicidades, la inauguración ha sido regia, con todo el suspenso y sarcasmo posible para mantenernos en vilo y hacer elucubraciones..., como dice el refrán, “Quien no tiene hechas, no tiene sospecha” y “El que nada debe nada teme', pero cuando tienes hechas y te hablan con tanta propiedad, si tienes dinero y aparente felicidad, que son diez mil euros, ja, ja.

    Un relato jugoso y un personaje muy particular ese hombre del maletín, que aparentemente vive de su ingenio y sabe arriesgarse cuando la comida no pinta ser de su agrado, y pasa de la comida china al caviar de un dia a otro.
    Un abrazo para ti, y mis respetos al hombre del maletín, por un lado es bueno no tener dinero, nadie te puede venir a chantajear, ja, ja.

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    1. Gracias, Idalia. Ja, ja, ja... Siempre digo que nada tranquiliza más que el no poseer nada de interés para los villanos. Y es que a veces las posesiones son más un problema que un disfrute.
      Siempre me llamó la atención la reacción de cualquiera cuando se le insinúa una acusación, incluso los inocentes más virginales se ponen nerviosos ante alguien les cuestione cosas como "¿por cierto? Ayer te vi, no sabía que te gustaran esas cosas" De inmediato se ponen serios, a la defensiva, chequeando por dentro que pudieron haber hecho que pudiera comprometerles. Imagino que es la naturaleza humana, algo así como que siempre vas a encontrar algo si lo buscas convenientemente. Traslado tu abrazo al hombre del maletín, aunque creo que está de viaje a la República Dominicana, ja, ja, ja... Un fuerte abrazo!!

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  8. Es muy ameno y muy rápido. Muy claro de exposicion, reitero lo que ya han dicho de hombre señor y señora.
    Rincones u cortadillo reinventado.
    Cualquier día le ingresan veintemil.
    Abrazoo, David

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    1. Gracias, Gabiliante. Seguro que ese hombre del maletín ajusta su precio a la economía de cada familia, ja, ja, ja... Porque en esto de los trapos sucios y esqueletos en el armario creo que ninguna escala social está libre, desde la más pudiente hasta la más humilde. Un abrazo!

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  9. El matrimonio cometió ilegalidades; lo malo es que las cometieron teniendo escrúpulos.

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    1. Gracias, Cabrónidas. Es que los escrúpulos son el ingrediente principal de cualquier chantaje, ja, ja, ja

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  10. Hola, David:
    La ilusión es transparente y de eso está lleno el maletín que presentas en tu relato, por eso nos parece vacío.
    Aquí me quedo a la espera de que saques el próximo contenido de tu maletón, hombre de ingenio.
    Un abrazo.

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    1. Gracias, Nino. Nada como sembrar la duda, tenga base o no, para que cualquier persona se ponga de los nervios. La próxima semana toca iniciar la sección sobre investigación policial, a ver si os resulta entretenida. Un abrazo!

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  11. Estupendo relato, nos mantiene en la intriga desde el comienzo hasta ese final sorprendente, y con ganas de saber el contenido del misterioso maletín. Lo que tiene tener secretos, je je je. Y encima no era la primera vez, ese giro ya es total ¡Felicidades, David! Un fuerte abrazo.

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    1. Gracias, Mayte. Desde luego el hombre del maletín sabe mucho de psicología humana y hace de ello su profesión. En realidad, ese sembrar la duda de manera directa es la base de muchas de las estafas de internet. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo!

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  12. Hola David. Un relato genial, claro, conciso y al grano, sin florituras como corresponde cuando de generar suspense se trata. Lo habitual no genera intriga, lo extraño o inusual si. El chantaje en si mismo es algo manido en cine y literatura, pero cuando introduces el giro de que el hombre del maletín quiere dinero por no entregarlo, cuando lo habitual sería lo contrario, el relato cobra interés y aparecen las ganas de seguir leyendo. A partir de ahí se establece un juego entre los tres protagonistas, en el que el hombre del maletín juega con ventaja sabedor de que en un matrimonio de años y con dinero, alguno de los dos tiene algo que ocultar que no conoce el otro, posiblemente un amante secreto o vete a saber qué, y prefiere dar lo que le sobra a romper la pantomima social de su matrimonio. No sería extraño que terminasen pagando ambos. Como te han comentado, la despersonalización de los personajes nos hace ver que para el matrimonio el hombre es un desconocido ajeno a ambos y para el hombre el matrimonio es uno de tantos a los que ha chantajeado. Muy buen estreno del blog. Un abrazo.

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    1. Gracias, Jorge. Jo, desde luego has diseccionado el relato con precisión de cirujano. Ese giro que destacas tuvo su razón de ser un poco menos ingeniosa. En realidad, no se me ocurrió ningún contenido especialmente destacable que pudiera estar a la altura del suspense que genera esta clase de recursos. Así que arrojé la toalla y pensé, ¿y si no contiene nada? En ese caso, ¿cómo podía "vender" la nada? La respuesta que se me ocurrió fue esta, jugar con la duda de quien esconde algo o no, algo así como cuando tu jefe te llama a su despacho en el trabajo y empiezas a pensar en lo que puedes haber hecho, aunque no hayas hecho nada. Un abrazo!!

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  13. Qué relato tan inteligente. La ides es muy buena, pero la realza hasta la perfección tu estilo narrativo: los diálogos ágiles, las descripciones tan peculiares, y las palabras justas.
    Otro acierto es cómo el estafador dirige hacia su terreno a las víctimas con pocas frases que dan en el clavo de la psicología humana: lo que no se ve siempre se hace más grande en la imaginación.
    Menudo estreno! Me ha encantado
    Un abrazo!

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    1. Gracias, Maite. Exacto, nuestros mayores temores siempre son los que imaginamos o aventuramos, no los que se materializan realmente. La ansiedad ante una amenaza no concretada se ha llevado a más gente a la tumba que el miedo ante una situación real, por muy espantosa que sea. En este caso, actuamos para evitarla; con la ansiedad nos paralizamos y agobiamos imaginando siempre lo peor. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo!!

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  14. Hola David, qué bueno por favor, valiente estafa, a la orden del día. Gracias por este buen rato, de verdad. Por cierto, quiero compartir contigo una información, pero lo haré con otro correo emeleili. Si lo ves soy yo. Un besote

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    1. Gracias, Eme. Para historia la que me has contado por mail, ¡madre mía! Ojalá se solucione pronto, espero que no llame a tu puerta ningún hombre con maletín, ja, ja, ja... Un fuerte abrazo!!

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  15. Muy intrigante e ingenioso David. Muy bien escrito, claro, y nos "pica" desde el principio hasta terminarlo. El hombre del maletín obtuvo lo que quería, explotando los secretos de sus clientes. No importa que el maletin estuviera vacío. Siempre hay secretos...

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    1. Gracias, Ana. Siempre hay secretos como dices, y creo que pocas cosas pueden ponernos más nerviosos que alguien nos diga algo así como "tenemos que hablar" o "no sabía lo tuyo". El tipo del maletín quizá es un gran conocedor de la mente humana. Un abrazo!

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  16. Vaya David, he estado todo el tiempo intrigada con el contenido del maletín pensando que al final se desvelaría!!!
    En vilo, vamos desde principio a fin!!!
    Un relato magnífico. Enhorabuena, amigo.
    Un abrazo enorme con todo cariño.

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    1. Gracias, Marina. Un maletín del que desconocemos su contenido es uno de esos trucos infalibles para atrapar la atención del lector. Lo mejor es que en el fondo o no sepamos su contenido o que, como en este caso... Bueno, ya lo has visto. Me alegra que hayas pasado un rato entretenido. Un abrazo!

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  17. Hola David: Enhorabuena por e magnifico relato. Ese final es un 10. Un placer leerte y visitar tu nuevo Blog.

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    1. Gracias, Anónimo. Me alegra que te haya gustado. Un 10 me parece exagerado pero se agradece. Un abrazo!

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  18. ¡Hola, David! Muy buen relato!! La historia destila intriga y suspense de principio a fin. Me ha gustado mucho esa vuelta de pagar por no saber el contenido del maletín. La pregunta "¿Otros asuntos?" ya da pie a pensar que esa familia esconde sus secretos y qué secretos serán... El final es inesperado y deja la puerta abierta a un ciclo de chantajes hacia esta familia que quiere guardar las apariencias a cualquier coste.
    Un abrazo :)

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    1. Gracias, M.A. Bueno, no sé si este hombre del maletín persistirá con esta familia o bien se irá al vecino. La verdad, es que en cualquier casa hay secretos, la cuestión es cuánto están dispuestos a pagar sus habitantes por que se mantengan así. En este caso, es más rentable ir a la casa de cualquier rico. Me alegra que te haya gustado y los diálogos hayan logrado decir más de lo que dicen. Un abrazo!

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  19. Hola, David, que fantásticas descripciones, y que buena lectura. El ambiente de la casa, los dueños..., todo parece indicar que alguno oculta algo, o los dos, sino, no habrían pagado. Lo del maletín, super original, ja,ja,ja. ¿Quién querría pagar por algo que no tiene nada? Esto me siguiere que bien podrías haber inventado "un trabajo", de guante fino. Nada arriesga, supuestamente, y casi siempre saldría ganando si escoge bien a las víctimas.
    Me ha encantado este suspense, diría psicológico con el que has enfocado el relato.
    Intrigada hasta el final.
    Un placer la lectura.

    Un fuerte abrazo.!

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    1. Gracias, Mila. Uno de los cuentos clásicos que más me gusta y que quizá le haya servido de inspiración a este estafador es El traje nuevo del emperador, aquel "traje invisible" que solo podían ver las personas dignas e inteligentes. Este maletín vacío, quizá esté lleno de secretos inconfesables que nadie quiere escuchar ni decir y eso, a lo mejor, bien vale esos 10000 euros. Un abrazo!!

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  20. Está claro que tenían secretos que no querían compartir con nadie, ni entre sí-
    Bien contado.

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    1. Gracias, Demiurgo. En efecto, hay secretos que donde mejor están es un maletín cerrado. La sinceridad es algo muy sobrevalorado. Un abrazo

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